No se si os dije que no hace mucho, me acerqué a vuestra tierra, viajé por ella atravesando el Guadarrama, para ganar las llanuras de Valladolid, y hacer una parada en una ciudad palentina, llamada Aguilar a, una semana vendo lo que me faltaba por ver, y repetir en lo visto, por costa y montaña, aventurarme hasta Bilbao, regresar para tomar la ruta por Burgos, y regreso. Durante el trayecto me empapé de sus llanuras y pensé en aquellos segadores de antaño, y en mi mismo puesto que llegué a abrazar la mies y recordar la era con nostalgia. Vuestra tierra con la mía, es todo un poema que bien merece un canto de amor.
LA NOCHE AQUELLA.
Era uan noche de estío.
Hermosa noche; ¿recuerdas
como cantaban los grillos
en amor la noche aquella?
Ya eras mujer. A mi lado,
cuando aún la noche serena
mano en mano caminábamos
en busca de la promesa.
Viento inquieto de solano
anunciaba la tormenta.
Las estrellas se escondieron
tras de gruesas nubes negras.
Te viera temblar de miedo.
te viera temblando entera
cuando gruesas gotas golpearon
con furor la tierra seca.
Nunca viajara al olvido
una noche como aquella.
Allí al final del sendero
dentro la cabaña aquella
bajo las voces del trueno
cuerpos que se buscan, llegan
en amor puro y sereno
a olvidarse de la tormenta.
! Amor!! Amor! segritaron
beso a beso, vena a vena...
Olía a tierra mojada
aquella noche la era.
olía el campo a rastrojos.
Olía a trigo y avena
y entre la paja los cuerpos
a amor las noche aquella...
de un verano (bien recuerdo)
que el amor fue primavera.
libertad.
c
LA NOCHE AQUELLA.
Era uan noche de estío.
Hermosa noche; ¿recuerdas
como cantaban los grillos
en amor la noche aquella?
Ya eras mujer. A mi lado,
cuando aún la noche serena
mano en mano caminábamos
en busca de la promesa.
Viento inquieto de solano
anunciaba la tormenta.
Las estrellas se escondieron
tras de gruesas nubes negras.
Te viera temblar de miedo.
te viera temblando entera
cuando gruesas gotas golpearon
con furor la tierra seca.
Nunca viajara al olvido
una noche como aquella.
Allí al final del sendero
dentro la cabaña aquella
bajo las voces del trueno
cuerpos que se buscan, llegan
en amor puro y sereno
a olvidarse de la tormenta.
! Amor!! Amor! segritaron
beso a beso, vena a vena...
Olía a tierra mojada
aquella noche la era.
olía el campo a rastrojos.
Olía a trigo y avena
y entre la paja los cuerpos
a amor las noche aquella...
de un verano (bien recuerdo)
que el amor fue primavera.
libertad.
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