Había nevado, sobre Paris aquella mañana; era domingo. Un grupo de españoles de todas las edades nos reuníamos el "Le Royale" Un bar situado a orillas del Seine.
castellanos de las dos castillas, valencianos, extremeños, andaluces, charlabamos de mi cosas. Manuel el asturiano, y gran amigo, contaba su historia, entre otras.
Era la historia de su padre: era la historia de un hombre humillado, entre el polvo negro de la mina, en lo mas profundo, y manchado de polvo y sudos. Mofa de los "señores" de un corazón palpitando, barrenando, morciendo las negras rocas.
Alguien espera el sobre pocoa abultado.. alguien fuera espera el salario miserable. alguien a compartir la hohaza de pan sienpre escasa. Mi madre y yo y aquel hombre a veces silencioso: Mi padre.
"Un día la nieve blanca se tornaría gris, por las pisadas de negras botas de "los que se han salvado" mayores, viejos y niños se agolpan a la entrada de la mina. Nieva pero no importa. ha habido un undimiento; se dice que algunos no se salbarán. El equipo de ¡rescate ha remontado algunos heridos, que los hombres conducen a las barracas. Las mujeres les cuidad: algunas gimen.
_haber si calláis de una vez, de nada sirven los lamentios! Os lo dije y lo he repetido muchas vesces, qu esto tenía que llegar un día. Cuatro hombres se pedieron mina a dentro en busca de los otros. En el esterior, protestas de los hombres, llanto de mujeres, y niños que correteaban en la nieve.
Un viejo pasaba su mano por su rostro manchado, goteaban lagrimas por aquella cara ya arrugada.
-puede que haya llegado el momento de decir: 1basta ya!! basta ya de viudas, huerfanos, heridos y muertos! Hay que platearle al "señor", que a costa de muertos no se de su gran vida.
La culpa la tiene su asqueroso negrero. Y señaló al encargado, que apartado del grupo parecia asustado.
Se aercaba "el señor con una pareja de guardias: Alguien dijo: Callle abuelo, calle...
-! Me importa un carajo, ese mequetrefe y cobarde, y muy poco también, quien le obliga a ser un arrastrado... Los guardias le miraron. El "amo" hizo un gesto de desagrado con la mano. El abuelo, continuó: Lo advertí, y todo lo sucedido es culpa de ese panzudo, de mierda, quien obedece sus ordenes, y nosotros mismos.
Pañana puesdes ser, tu, o tu, o yo, es hora de estar unidos... ya de nada sirve lamentarse.
Los hombres se miraban los unos a los otros; algunos decían en alta voz que el abuelo tenía razon.
Las mujeres lloraban. Los niños se habían detenido en sus juegos. Los guardias ordenaron al abuelo que se callara.
El abuelo no calló: se lo llevaron al cuatelillo.
El abuelo fue despedido.
El abuelo era mi padre
Yo no fui admitido, por insultar "al señor" a la puerta de cuartelillo...
Manuel calló. En la mesa cercana charlaban los compañeros de exilio forzado, mientras Manuel me relataba su odisea, en día que atravesó los Pirineos.
La nieve seguía cayendo, en grandes copos que describían caminos invisibles.
Emilia, laasturiana, gritó desde su menuda figura: ¿que tal si cantamos "asturias patria querida"?
Un trozo de España en la nieve, pensé yo antes de unirme al grupo.
libertad
castellanos de las dos castillas, valencianos, extremeños, andaluces, charlabamos de mi cosas. Manuel el asturiano, y gran amigo, contaba su historia, entre otras.
Era la historia de su padre: era la historia de un hombre humillado, entre el polvo negro de la mina, en lo mas profundo, y manchado de polvo y sudos. Mofa de los "señores" de un corazón palpitando, barrenando, morciendo las negras rocas.
Alguien espera el sobre pocoa abultado.. alguien fuera espera el salario miserable. alguien a compartir la hohaza de pan sienpre escasa. Mi madre y yo y aquel hombre a veces silencioso: Mi padre.
"Un día la nieve blanca se tornaría gris, por las pisadas de negras botas de "los que se han salvado" mayores, viejos y niños se agolpan a la entrada de la mina. Nieva pero no importa. ha habido un undimiento; se dice que algunos no se salbarán. El equipo de ¡rescate ha remontado algunos heridos, que los hombres conducen a las barracas. Las mujeres les cuidad: algunas gimen.
_haber si calláis de una vez, de nada sirven los lamentios! Os lo dije y lo he repetido muchas vesces, qu esto tenía que llegar un día. Cuatro hombres se pedieron mina a dentro en busca de los otros. En el esterior, protestas de los hombres, llanto de mujeres, y niños que correteaban en la nieve.
Un viejo pasaba su mano por su rostro manchado, goteaban lagrimas por aquella cara ya arrugada.
-puede que haya llegado el momento de decir: 1basta ya!! basta ya de viudas, huerfanos, heridos y muertos! Hay que platearle al "señor", que a costa de muertos no se de su gran vida.
La culpa la tiene su asqueroso negrero. Y señaló al encargado, que apartado del grupo parecia asustado.
Se aercaba "el señor con una pareja de guardias: Alguien dijo: Callle abuelo, calle...
-! Me importa un carajo, ese mequetrefe y cobarde, y muy poco también, quien le obliga a ser un arrastrado... Los guardias le miraron. El "amo" hizo un gesto de desagrado con la mano. El abuelo, continuó: Lo advertí, y todo lo sucedido es culpa de ese panzudo, de mierda, quien obedece sus ordenes, y nosotros mismos.
Pañana puesdes ser, tu, o tu, o yo, es hora de estar unidos... ya de nada sirve lamentarse.
Los hombres se miraban los unos a los otros; algunos decían en alta voz que el abuelo tenía razon.
Las mujeres lloraban. Los niños se habían detenido en sus juegos. Los guardias ordenaron al abuelo que se callara.
El abuelo no calló: se lo llevaron al cuatelillo.
El abuelo fue despedido.
El abuelo era mi padre
Yo no fui admitido, por insultar "al señor" a la puerta de cuartelillo...
Manuel calló. En la mesa cercana charlaban los compañeros de exilio forzado, mientras Manuel me relataba su odisea, en día que atravesó los Pirineos.
La nieve seguía cayendo, en grandes copos que describían caminos invisibles.
Emilia, laasturiana, gritó desde su menuda figura: ¿que tal si cantamos "asturias patria querida"?
Un trozo de España en la nieve, pensé yo antes de unirme al grupo.
libertad
SEÑOR LIBERTAD enhorabuena por este relato. A SI era la vida en la mina en tiempos de la dictadura, no importaba los muertos a la potronal, la producion era lo unico que interesaba. muchos muertos salieron de las minas, yo diria que demasiados. EL carbon dio mucho vienestar a mucha jente en este pais, pero a costado muchas vidas SALUDOS
Y gitano, no me llames "señor" esta palabra me la hicieron pronunciar a la fuerza, otro día te lo explicaré en algún otro relato que duerme en las carpetas, el porque detesto lo impuesto.
Saludos.
Saludos.