EL DÍA QUE LOS MUERTOS SALIERON DE SUS TUMBAS
Fue un día la mar de tranquilo. Paseaba de mi casa a la panadería y de pronto me paró una señora en mitad de la calle y me dijo:
- ¿Qué buscas en este pueblo?
-Yo no busco nada... y lo único que veo son muchos problemas que han venido sin haber ido a buscarlos.
-Pues óyeme bien. Aquí no busques dinero que no lo hay. Que tu bisabuelo lo robó. Sólo gloria podrás conseguir y si te empeñas lo conseguirás.
Y yo me quedé a cuadros, a rayas y a círculos concéntricos. Pues no sabía que tuviera antepasados con esas mañas. Siempre había oído que eran los más ricos del lugar pero que tuvieron muchos hijos y la hacienda la repartieron.
Me fui a casa a preguntar y a contar qué me había encontrado de camino a por pan.
(continuará)
Fue un día la mar de tranquilo. Paseaba de mi casa a la panadería y de pronto me paró una señora en mitad de la calle y me dijo:
- ¿Qué buscas en este pueblo?
-Yo no busco nada... y lo único que veo son muchos problemas que han venido sin haber ido a buscarlos.
-Pues óyeme bien. Aquí no busques dinero que no lo hay. Que tu bisabuelo lo robó. Sólo gloria podrás conseguir y si te empeñas lo conseguirás.
Y yo me quedé a cuadros, a rayas y a círculos concéntricos. Pues no sabía que tuviera antepasados con esas mañas. Siempre había oído que eran los más ricos del lugar pero que tuvieron muchos hijos y la hacienda la repartieron.
Me fui a casa a preguntar y a contar qué me había encontrado de camino a por pan.
(continuará)