Buenas noches Estrella:
a mi los cuentos y las historias me las contaba mi abuela, no por la noche, sino por el día mientras me llevaba de paseo por el campo. Me enseñaba las letras con mi cartilla, diciéndome que era muy importante aprender a leer.
Algunas veces me hacía llorar, cosa corriente, porque siempre fui de lágrima fácil, y ella de mucho carácter.
Pero después, y desde temprana edad la cuentista fui yo. Yo le leía a mi madre cuentos mientras ella hacía las tareas de la casa cuando todos se habían acostado ya.
Antes de eso, entre las amigas, nos contábamos cuentos e historias en la plaza de un pueblo muy entrañable para mi, Ciruelos del Pinar.
Algunas veces nos llevábamos sustos de muerte porque vivíamos las historias como si fuesen reales;, y al llegar nuestras madres a llamarnos creíamos que eran los personajes sanguinarios de nuestros relatos.
A mi madre le gustaba todo lo que yo le leía de mis libros del colegio, sobre todo las poesías, las historietas y cuentos. No le importaba que me repitiera, algunas veces me decía que se lo leyera de nuevo, y yo encantada de proporcionarle tan buenos momentos.
Un saludo