Buenos días en esta fría mañana de noviembre y neblinosa. Quizás en Burgos, a estas horas luzca el sol. Ocurre muchas veces porque en Tardajos estamos bajo el influjo de los dos ríos El Arlanzón y el Urbel, que a su vez conforman las fértiles Vegas, la del Arlanzón y la Vega Nueva (del Urbel). Y muchas veces la niebla es persistente, e incluso, hay veces que dura todo el día.

Es muy bonito pasear con niebla si sabes que nada malo te va a suceder. Me lo decía una amiga de Rabé de las Calzadas, que la niebla también tiene su encanto. Y si lo piensas puede ser cierto. Si se percibe con buenos sentimientos, también la niebla puede ser enriquecedora, pero habrá que agudizar los sentidos, y eso tampoco es malo.
Hoy me voy a basar en trabajos anteriores que estoy exponiendo en el foro de Tardajos: el artículo sobre Tardajos que se expuso en Interviú, pues me parece interesante, ya que trataba de arqueología, mezclada con el barbarismo de un pueblo que no atiende a sus raíces. Y es clave para entender el día actual de Tardajos.
Cuando sucedía esto yo no tenía conocimientos para juzgar los hechos; pero una vez que he conocido el percal, y de primera mano; veo que la clave del desastre que se vive en Tardajos puede residir en su constante evasión de las leyes, el maltrato de sus raíces y el desprecio histórico de la rica cultura romana, tan perseguida siempre entre sus gobernantes. Y desde que sucedió aquel artículo provocado por unas construcciones en zona arqueológica, nada ha resultado por mas inversiones que se hayan realizado. Habrá que analizar y yo apunto esta causa fundamental: el desprecio de la riqueza arqueológica.