(Sigue el artículo de Interviú de 1992)

LA LEY Y LA CULTURA

Para Galo Barahona (PP), delegado territorial de la Junta de Castilla y León en Burgos, "Hay que cumplir con la ley y no es patente de corso pertenecer al mismo partido". Claro que Raimundo de la Torre es del PP desde las últimas elecciones. Lleva cuatro legislaturas y trece años de alcalde de Tardajos. Primero lo fue por UCD, en las siguientes se presentó por PRD, y en las penúltimas por el CDS. Según él, en este pueblo "se vota más a la persona mas que a los partidos".

Para Barahona no hay otra referencia que la ley, y lo dice con una cierta rotundidad, distanciando el hecho de que la construcción ilegal se haya producido mediante una agresión contra el patrimonio cultural de los españoles. "Para mí, el yacimiento arqueológico no es lo principal del problema, sino un factor añadido a un incumplimiento urbanístico grave. El suelo es rústico, y en él no se puede realizar ninguna construcción sin la autorización de la Comisión Provincial de Urbanismo".

El alcalde de Tardajos, sin embargo, no excluye que la ley haya que saltársela en ocasiones:
"A veces te la juegas, porque si vas a mirar que estén todos los papeles con todos los requisitos, entonces nunca están. Hay licencias que se han concedido, y se ha construido, sin proyecto porque se trataba de gente muy necesitada. no es sólo en este Ayuntamiento: irregularidades hay en todos".

Para el delegado territorial, Barahona, la cantidad de municipios dificulta el control del cumplimiento de la legalidad: "En Burgos hay mil doscientos núcleos de población y, sin contar con la colaboración de las corporaciones locales, es imposible la vigilancia para el cumplimiento de la normativa. En el caso de Tardajos, además de no haber denunciado el hecho, se ha pretendido revestirlo de legalidad".

Escuchando las razones de unos y otros, en el escándalo de Tardajos parece que la ley y el patrimonio cultural pueden viajar en barcos diferentes, y no que la cultura haya hecho posible las leyes.