La alcaldesa de Barcelona golpea la línea de flotación...

La alcaldesa de Barcelona golpea la línea de flotación de la hoja de ruta independentista. Ada Colau no facilitará la apertura de los colegios electorales en la ciudad donde se concentra el 21% del censo electoral para el referéndum de autodeteminación del 1-O. Así lo ha anunciado esta tarde el primer teniente de Alcalde, Gerardo Pisarello, después de la regidora ya adelantase que nunca pondría en riesgo a los funcionarios municipales. Pisarello también ha informado sobre la solicitud por escrito al Govern de la información sobre cómo organizará el referéndum y qué espera del Ayuntamiento de Barcelona.

El secretario de Estado de Administración Territorial del Gobierno central recordaba ayer por escrito a todos los interventores y secretarios de los ayuntamientos catalanes su deber de "desatender" la exigencia de la Generalitat. Horas antes, los máximos mandatarios de la Generalitat, Carles Puigdemont y Oriol Junqueras, enviaron en la madrugada del jueves una misiva a todos los alcaldes dando 48 horas para que comuniquen al Govern de cuántos colegios electorales pueden disponer para el referéndum en Cataluña. Hasta la aprobación de la ley del referéndum, el Ayuntamiento de Barcelona había estudiado la disponibilidad de locales para colocar las urnas, pero interrumpió esta tarea tras las actuaciones del Tribunal Constitucional.

La suerte del 'procés' pendía de la decisión de Colau en buena medida, que hasta ahora se había mostrado ambivalente con la consulta, y desde ERC se habían esforzado en abrir negociaciones al máximo nivel con los comuns para arrancar su apoyo. El vicepresident y líder de ERC, Oriol Junqueras, llegó a ofrecerle la neutralización del líder republicano en el consistorio, Alfred Bosch, a cambio de que la alcaldesa pusiese urnas en la capital catalana el próximo 1 de octubre. Una cuestión que también se puso sobre la mesa durante la cena secreta entre Junqueras, Pablo Iglesias y el portavoz de los comunes en el Congreso, Xavier Domènech, que adelantó este diario.

Las cifras de participación y los resultados de los últimos comicios remarcan la importancia clave de Barcelona. En las elecciones generales de 2016, la ciudad de Barcelona concentró el 22,04% de los votos escrutados (768.332 sufragios de 3.486.069) y en las autonómicas del año anterior, el 21,36% (879.332 de 4.115.807).

El bloque soberanista sumó de media en ambos comicios alrededor de 500.000 votos, mientras que los 'comuns', que defienden la participación en el 1-O como una "movilización legítima", obtuvieron en la capital catalana 690.477 papeletas en las generales y 85.853 en las autonómicas, con la marca Catalunya Sí que es Pot. Una buena parte del éxito o el fracaso del referéndum catalán del próximo 1 de octubre reside, pues, en que la alcaldesa de Barcelona decida o no colocar las urnas.

De las cuatro capitales de provincia solo se ha sumado a la apertura de urnas el Ayuntamiento de Girona. Antes de Barcelona, los Gobiernos municipales de Tarragona (con 90.276 electores) y Lleida (92.002), con regidores del PSC, ya habían adelantado su negativa.

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