Sube un grupo de excursionistas por las laderas de Montserrat, en un día de verano, extremadamente caluroso.
Al doblar un recodo, ven una fuente de agua y se precipitan corriendo a ella; cuando acercan sus manos en forma de cuenco, suena, unos doscientos metros más arriba, la voz de un pastor, que les dice:
- Tinguin cura, que no es potable, aquesta aigua és molt dolenta! (Tengan cuidado, que no es potable, esa agua es muy mala!)
Los excursionistas no le entienden y dicen:
- Qué?
El pastor:
- Que tinguin cura, que aquesta aigua no es potable!
Siguen sin entenderle, y le preguntan otra vez:
- Que qué dice?
Y el pastor repite:
- Que tinguin cura, que no es potableeee!
Los tíos comentan entre si que no entienden nada, y uno de ellos se dirige a él:
- Mire, somos un grupo de excursionistas del P. P. de Madrid y no entendemos el catalán, así que háblenos en español, que estamos en España, coño!
Y el pastor dice:
- Que beban despacito, que sale muy fría, oigan!
Al doblar un recodo, ven una fuente de agua y se precipitan corriendo a ella; cuando acercan sus manos en forma de cuenco, suena, unos doscientos metros más arriba, la voz de un pastor, que les dice:
- Tinguin cura, que no es potable, aquesta aigua és molt dolenta! (Tengan cuidado, que no es potable, esa agua es muy mala!)
Los excursionistas no le entienden y dicen:
- Qué?
El pastor:
- Que tinguin cura, que aquesta aigua no es potable!
Siguen sin entenderle, y le preguntan otra vez:
- Que qué dice?
Y el pastor repite:
- Que tinguin cura, que no es potableeee!
Los tíos comentan entre si que no entienden nada, y uno de ellos se dirige a él:
- Mire, somos un grupo de excursionistas del P. P. de Madrid y no entendemos el catalán, así que háblenos en español, que estamos en España, coño!
Y el pastor dice:
- Que beban despacito, que sale muy fría, oigan!