Mi primer viaje lo recuerdo como sí hubiera sido ayer; fue a mediados de septiembre para asistir, Escritos "literarios" originales y propios de cada forero

Mi primer viaje lo recuerdo como sí hubiera sido ayer; fue a mediados de septiembre para asistir a las ferias de San Mateo en la maravillosa Salamanca. Un viaje bien cortito y haciendo "escala" en El Cubo del Vino, pueblo donde dejamos las bicicletas porque la segunda etapa era en el tren correo.

Fue emocionante, emocionante sentarse en aquellos bancos de madera de tercera clase y aceptar un pincho de tortilla que me dio una señora que venía de más lejos con su cesta y todo.

Al llegar a Salamanca nos alojamos en casa de mi tía María, tenía tienda de ultramarinos de las de antes, en los altos de LOS PIZARRALES; era muy divertido el ir y venir de su clientela y verla apuntar en un cuaderno que élla llamaba "el del fiao".

¡Qué descubrimiento hice cuando ví el primer programa de tv!, aún no se habían casado Balduino y Fabiola, y alucinar en colorines, fui capaz de contar las antenas que desde Los Pizarrales divisaba, casi cuatrocientas y yo pensaba: Jolines, cuánta gente rica hay en SALAMANCA.

Pero lo que más me gustó fueron los bailes y cantes de EDUCACIÓN Y DESCANSO en la plaza mayor, esos preciosos trajes de charras me enamoraron y quería comprarme uno, inocente de mí, eran carísimos, más que un televisor.

Recuerdo que mi padre me dió el capricho de mi vida y me compró un diccionario, pequeñito, pequeñito, pero para ser el primero me valía y que la maestra de mi escuela me lo confiscó, porque pensaba que una niña de ocho años era demasiado pequeña para tener diccionario. Bah, cosas de viejas. También me compró un plumier de dos pisos con pinturas Alpino.

En aquellos tiempos lo único que sabía de Salamanca era que sus edificios tenían un color especial, todavía no sabía lo que era EL GÓTICO ni EL PLATERESCO, pasaron años hasta que me embriagué de su arte, de su elegancia, de su poderío y de la belleza y colorido de sus piedras.

Volví para mi pueblo cantando esta canción:

Yo no sé el color que tienen
los ojazos de mi charra
que cuando los miro, madre,
se me clavan en el alma.