Historia de la vida de los Gitanos y una boda

Viviamos, en un barrio de León, en San Claudio, un barrio de trabajadores sobre todo de la renfe. Vivian dos familias gitanas, una cerca de mi casa, el marido era el Rey de los gitanos era muy atractivo muy alto y bien proporcionado, siempre tocado con un sombrero Marrón y vestía, con americana y pantalones normales, a sí a diario. El se distinguia, porque no cambiaba de estilo nunca siempre iba impecable, se llamaba ADOLFO.
La mujer era una autentica gitana, muy alta con unas sallas hasta el suelo de colores muy discretos, la blusa cambiaba un poco era mas llamativa tenia una cintura mínima y la salla
Ajustada a la cintura con mucho frunce, la hacía muy esbelta, tenían dos hijos, una chica y un niño pequeño´.
Hay una anécdota, muy curiosa, mi hermana Yoli que tenia poco mas años que el y como vivian en bajo que había sido cuadra, pero muy limpia. Hacían la comida en la calle en un infernillo el niño siempre andaba alrededor de su madre,
Mi hermana sentía curiosidad al ver a la gitana cocinar y se acerco a ver el niño le hizo gracia y como vio que tenia el pelo negro como la endrina conquisto al pequeño para que le dejara lava la cabeza, y le subió a casa a lavársela ¡que ocurrencia! El niño cogió un catarro impresionante, y la madre se enfado con Yoli y no la dejaba acercarse a l niño.
Llega la hora se la boda, pero era cerca de rio donde vivía otra familia gitana, se corrió la voz que había boda, y las chicas del barrio entre ellas yo fuimos porque nunca habíamos visto una boda gitana, al llegar a la chabola, solo había mujeres que no nos dejaban ni arrimarnos porque si podíamos mirábamos por alguna rendijas.
Dentro se oía a una mujer mayor reñir con su hija con palabras muy duras preguntamos a alguna gitana que había por allí, y nos dijo que la madre reñía a la novia, para que le cogiera manía y se marchara con su marido después de casada.
Des pues de un rato salen dos o tres mujeres con un pañuelo blanco de caballero agitándolo y gritando es VRGEN ES VIEGEN, nosotras como no lo habíamos visto nada igual, salimos corriendo a contarlo, pero nos que damos con la ganas de saber, no nos aclararon nada nuestra madres, éramos muy niñas, y nadie se atrevió a decirlo, aunque luego todo se sabe.
La novia ya vestida y sin el novio, la llevaron a un bar cercano que esperaban los invitados.
Por cierto gitanos que había venido de toda España,
El Bar tenia una enorme cubierta para trastienda, la dejaron limpia y en ese lugar se celebro la boda. Pero no nos dejaron ver nada, fuimos a la escalera del dueño del bar y desde una ventanita de un descansillo lo pudimos ver todo.
Lo que mas nos llamo la atención es que al novio nadie le hacia caso a ella la tiraban al alto y pasaba de mano en mano como un juguete. Tenían una cesta de mimbre donde depositaban el dinero que cada invitado regalaba a los novios, nosotras vigilábamos ese cesto por si alguien metía mano, pero nos impresiono la cantidad tan importante que ponía cada comensal, por ultimo, habia una cucañas para los niños que consistía en un cacharro de barro que (ahí si se juntaron los novios) y juntos dieron un fuerte golpe a la cucaña que se rompió y de allí salieron toda clase de golosinas que llenaban el suelo.
Nosotras abandonamos el lugar muy impresionadas nos había parecido todo tan nuevo, que hoy dia no lo he olvidado.