DESDE MI ATALAYA...

DESDE MI ATALAYA
ANTES FUE ASÍ

Estamos viviendo en la actualidad una situación difícil y delicada que nos ha hecho retrotraer, al menos 20 años, en los avances que habíamos alcanzado al menos en el aspecto económico, en la conquistas sociales y mucho más aún en el aspecto laboral, en el que casi seis millones de obreros están parados. Pero no hemos perdido nada en desarrollo, progreso y avances tecnológicos alcanzados en los últimos cien años, lo único que ha sucedido ha sido que como consecuencia de todo este desajuste ocasionado por inflar, adrede, el precio de las cosas y facilitar sobremanera el consumo concediendo préstamos e hipotecas, a muy largo plazo, sin una garantía suficiente, las fábricas y las empresas ha cerrado, las máquinas están paradas, las hipotecas y préstamos no se han podido pagar y esa burbuja, que en principio a todos interesaba, a los bancos porque se estaban forrando, a los empresarios porque vendían todo lo que producían, a los consumidores porque así se compraban su piso, su coche o su chalé, y a los obreros porque tenían mucho trabajo y muy bien remunerado explotó y nos arrastró a todos a una crisis de la que nos va a costar muchos años poder salir.

Yo pienso que todos nos habíamos convertido en unos falsos ricos, por supuesto que alentados por unos políticos que nos auguraban un bienestar fácil y barato, una banca agresiva y usurera que nos facilitaban, engañosamente, la felicidad a 30 años y nuestra irresponsabilidad por no calcular nuestras posibilidades y limitaciones, han hecho que ahora tengamos que vivir como hace 20 años y sufrir las consecuencias de tanta injusticia y tanto desatino.

Y yo he echada para atrás, he mirado en mi infancia y me he encontrado unas situaciones que nada tienen que ver con el lujo, la riqueza y el bienestar, que eran más primitivas, más duras pero al mismo tiempo más seguras y nada arriesgas, nada tenían que ver con el progreso, el desarrollo o la tecnología solo tenían como objeto la supervivencia, el poder llevar un plato de comida a tu mesa y el poder tener un techo donde cobijar a tu familia.

Y no sabíamos de paro, de subvenciones, de subsidios ni de jubilación, Había que inventarlo todo porque nada estaba inventado y había que trabajar, cada uno como y donde pudiera, para poder ganarse esos derechos que ahora, gracias a Dios, nos vienen dados por ley y la verdad es que comparando aquello con lo que hoy tenemos creo que deberíamos dar gracias a Dios de haber nacido en estos tiempos aunque tengamos que suportar la crisis, aguantar al político de turno o renunciar a las vacaciones, porque la verdad es que entonces teníamos bastante menos y también pudimos salir adelante.

He aquí algunas formas de ganarse la vida, con imaginación y con humildad, pero con decencia:
Había mujeres que ayudaban al sustento de su familia yendo, casa por casa, para peinar, (hacer un moño) a la dueña de la casa, era por tanto una peluquera itinerante que por 2 perras gordas venia a tu casa, cada día para ofrecerte a domicilio su trabajo.

Había hombres que se dedicaban al pastoreo del ganado que había en las casa particulares. El trabajo consistía pasando cada día casa, por casa, para recoger la cabra o cabras que todos tenían para asegurar la leche a la familia. Se llevaban los animales, (cien o más) por la mañana al campo y luego por la tarde, previo pago de un perra gorda (diez céntimos de peseta) iban dejando cada animal con sus dueños.
Otras veces cuando necesitabas una camisa venía a casa un mujer que sabía hacer camisas, porque entonces era imposible encontrarlas en las tiendas del pueblo, tú le comprabas la tela y ella venía, tomaba las medidas, se llevaba el material a su casa y luego volvía a probártela y a llevártela ya terminada a casa, aquello te podría costar dos o tres pesetas.

Esto eran otros tiempos pero las personas sufrían más, tenían menos y tal ves estaban más convencidas de que la vida es bella aun en los momentos más adversos lo que hay es que tener resignación y fe para superar todas las adversidades, ANTES FUE ASI y sin embargo aquí estamos