JESUSIN...

JESUSIN
Era así como se llamaba en mi pueblo al hijo de D. Julio el Practicante que fue uno de mis más íntimos amigos toda su vida, porque por desgracia falleció hace ya unos 14 años cuando tenía 67 y era muy joven para que Dios se lo llevase dejando entre nosotros su ausencia y un desconsuelo por la pérdida de aquel gran padre, profesor, amigo y una buenísima persona.
Jesús y yo junto con Manolito, M. Barranco, Antonio Marchal y Eduaedo Lara, éramos uña y carne, estábamos siempre juntos, íbamos a todas las fiestas y saraos y compartíamos nuestras vivencias nuestros juegos, nuestras ilusiones y ese deseo de luchar en la vida para triunfar y salir de aquella negra y escasa situación de bienestar y de abundancia que nos ofrecía la España de la posguerra y de privación.
Yo recuerdo mucho la casa donde vivían, hoy desaparecida, porque en ella jugamos y estudiamos juntos muchos días, era de los Guirao, tenía un zaguán a la entrada y a la derecha estaba el despacho de su padre donde ponía las inyecciones, luego tenía un salón grande, otra habitación a la derecha, la cocina y otra habitación a la izquierda, ambas se comunicaban con la terraza donde había un servicio. El la planta primera, subiendo una muy bonitas escaleras estaban los dormitorios, al menos tres, para el matrimonio y sus dos hijos, Jesús y Paco, que ha fallecido tambiñen este año.
Jesús y yo tras nuestros estudios por libre en Fuensanta con D. José Olmo y con D. Eduardo decidimos hacernos Maestros y a tal fin Jesús marchó a Jaen, en la Calle Martinez Molina a casa de su abuela materna y yo me iría un año después a Jaén a una pensión de un matrimonio de Fuensanta a la calle San Bartolomé que estaba paralela a la Martínez Molina y muy cerca una de la otra. Allí fue donde realmente nuestra amistad se consolidó y se hizo más intensa porque estábamos todo el día juntos y allí conocí yo a sus primos Juan y Antonio Bonilla que también eran de nuestra edad y estudiaban los dos Magisterio.
Terminadas nuestras carreras y una vez hechas las oposiciones, que ambos conseguimos a la primera, Jesús se fue de maestro a la Ribera y yo pasé a Arjonilla pero siempre seguimos manteniendo nuestra gran y estrecha amistad. Y ya colocados ambos hicimos las Milicias Universitarias en Montejaque Málaga que era otra forma de hacer entonces el servicio militar.
Tuvimos en nuestra adolescencia nuestros primeros escarceos amorosos en Fuensanta donde había una pandilla de niñas con las que solíamos salir y pasear, pero aquello eran juegos de niños y tuvieron que pasar muchos años para que cada uno buscáramos nuestro verdadero amor el lo hizo en nuestro pueblo y yo lo encontré en Jaén.. Una vez casados Jesús pidió traslado a Jaén porque allí tenía más posibilidades de estudio para sus hijos que tuvo tres dos niñas y un niño, yo me trasladé cuando pude a Fuensanta para ejercer como Maestro y a la vez para ocuparme de la dirección del negocio que mi padre tenía allí, así aseguraba también que mis hijos, que tengo también tres, dos varones y una hembra, pudieran después estudiar una carrera.
Siempre estuvimos en contacto, el venía los veranos por Fuensanta, a la casa que le tocó de sus suegros, y yo cuando iba por Jaén solía quedar con el para vernos, y charlas de nuestras cosas. Se jubiló y cuando pasaron unos pocos años, una enfermedad hepática se lo llevó, cuando estaba más a gusto con su mujer, sus hijos y nietos y todo el tiempo para disfrutar de ellos, una gran pena.
Amigo Jesusín, amigo Jesús Mendoza, donde quiera que Dios te haya puesto, en un estupendo lugar seguro, que tu mereciste, un abrazo muy fuerte. M. Lara.