DESDE MI ATALAYA
LANJARÓN
Es este pueblo granadino famoso por sus aguas medicinales que desde tiempos remotos se hicieron famosas en toda Andalucía y gran parte de España a donde acudían durante todo el año, pero especialmente en verano, para beber unos grandes vasos que se compraban al respecto y que iban acompañando a los adictos al balneario en sus paseos hacia las fuentes que había en su entorno y con esta bebida abundante de aquella agua medicinal intentaban curar sus dolencias de estómago, hígado o páncreas para las que decían estas aguas eran milagrosas.
Yo nunca he creído mucho en esto de los balnearios porque más bien creo que los que suelen asistir son aquellos que lo buscan es una excusa para disfrutar de unas “vacaciones”, que por supuesto siempre vienen bien para todo el cuerpo, aunque no tomes agua sino más bien cerveza, vino a cualquier otra bebida que te apetezca que si va acompañada de unos buenos aperitivos mejor que mejor.
Yo iba a Lanjarón a visitar a mis suegros que solían acudir allí en el verano y la verdad es que mis recuerdos, de aquellos días que pasábamos allí en un hotel con ellos, son fabulosos porque Lanjarón es un pueblo muy fresquito, situado al pie de Sierra Nevada y sus aguas las medicinales y las otras, esas que podemos comprar embotelladas en el mercado con el nombre del pueblo, son estupendas y gozan de gran fama en el mercado. Pero ya digo que aquellos paseos a lo largo del pueblo, con los abuelos y con los vasos colgando de una cinta a nosotros para lo que nos servían era para parar en aquellos bares del camino a tomar una copita y unas tapas, disfrutar del fresco e irse a la cama después a dormir como un bendito.
Ya hace muchos años de esto y supongo que Lanjarón seguirá funcionando en este sentido como antes, o mejor, pero lo que si puedo decir es que entonces la comida que te ponían en el hotel era abundantísima, tres platos un 1º, un 2º, un 3º y un postre y los abuelos allí no se si se curaban con las aguas lo que si estoy seguro es que volvían siempre con unos kilos demás.
Nosotros en el Imserso una vez acudimos a un balneario en Murcia Fortuna, pero no nos gustó la experiencia porque estabas todo el día yendo y viniendo a las aguar con el albornoz y resulta que no tienes tiempo para nada y te pasas todos los días remojado y aburrido. A mi que no me busquen en un balneario, yo prefiero el chiringuito a la taberna que no será tan sano pero seguro que más agradable y más divertido.
LANJARÓN
Es este pueblo granadino famoso por sus aguas medicinales que desde tiempos remotos se hicieron famosas en toda Andalucía y gran parte de España a donde acudían durante todo el año, pero especialmente en verano, para beber unos grandes vasos que se compraban al respecto y que iban acompañando a los adictos al balneario en sus paseos hacia las fuentes que había en su entorno y con esta bebida abundante de aquella agua medicinal intentaban curar sus dolencias de estómago, hígado o páncreas para las que decían estas aguas eran milagrosas.
Yo nunca he creído mucho en esto de los balnearios porque más bien creo que los que suelen asistir son aquellos que lo buscan es una excusa para disfrutar de unas “vacaciones”, que por supuesto siempre vienen bien para todo el cuerpo, aunque no tomes agua sino más bien cerveza, vino a cualquier otra bebida que te apetezca que si va acompañada de unos buenos aperitivos mejor que mejor.
Yo iba a Lanjarón a visitar a mis suegros que solían acudir allí en el verano y la verdad es que mis recuerdos, de aquellos días que pasábamos allí en un hotel con ellos, son fabulosos porque Lanjarón es un pueblo muy fresquito, situado al pie de Sierra Nevada y sus aguas las medicinales y las otras, esas que podemos comprar embotelladas en el mercado con el nombre del pueblo, son estupendas y gozan de gran fama en el mercado. Pero ya digo que aquellos paseos a lo largo del pueblo, con los abuelos y con los vasos colgando de una cinta a nosotros para lo que nos servían era para parar en aquellos bares del camino a tomar una copita y unas tapas, disfrutar del fresco e irse a la cama después a dormir como un bendito.
Ya hace muchos años de esto y supongo que Lanjarón seguirá funcionando en este sentido como antes, o mejor, pero lo que si puedo decir es que entonces la comida que te ponían en el hotel era abundantísima, tres platos un 1º, un 2º, un 3º y un postre y los abuelos allí no se si se curaban con las aguas lo que si estoy seguro es que volvían siempre con unos kilos demás.
Nosotros en el Imserso una vez acudimos a un balneario en Murcia Fortuna, pero no nos gustó la experiencia porque estabas todo el día yendo y viniendo a las aguar con el albornoz y resulta que no tienes tiempo para nada y te pasas todos los días remojado y aburrido. A mi que no me busquen en un balneario, yo prefiero el chiringuito a la taberna que no será tan sano pero seguro que más agradable y más divertido.