RECORDANDO VIEJAS CANCIONES LASECANAS
Ayer pasando por el Árbol Alto de la carretera de Tordesillas, se me vino a la memoria una canción de hace setenta años o quizá más, la canción decía”. Y dicen que a los borrachos les van a tener envidia, las tierras de remolacha las van a plantar de viñas”. Y la otra canción decía casi lo mismo. “Y dicen que a los borrachos les van a tener envidia, las tierras de La Perdiz las van a plantar de viñas”. Parece ser que los futurólogos de entonces ya preveían el futuro de los viñedos o majuelos que ahora se tienen plantados, aunque conocí a personas muy mayores cuando yo era un niño, que me contaron que las viñas hacia ciento y pico años, llegaban hasta las tapias de adobe de las calles lasecanas, una de las viñas llegaba hasta la Calle del Carraescobar, y lo mismo por la parte de la Granja, que las viñas llegaban hasta El Rancho. Y por el Cotarrillo, era lo normal. Ya que La Seca era entonces una bodega tras otra bajo las casas del la Villa, Donde mi abuelo paterno fue sacador de pellejos de vino, solamente los hombres fuertes lograban mantener ese oficio sin acabar agotados, ya que eran pellejos de cabras y ovejas que podían tener de capacidad unos cinco cantaros de vino, que eran cada cántaro 16, litros, igual a 23, kilos de uva, y aún mayores, sin contar que había escaleras muy malas y otras que estaban desgastadas por ser de tierra o peña no muy dura. La Seca conocía los carros que venían desde Asturias y Santander por su buen vino Verdejo, donde es sus bodegas subterráneas la temperatura era lo mismo durante todo el año, unos 14, grados. Hubo familias enteras que al terminar esos oficios de boteros tuvieron que salir en la emigración forzosa, El ultimo botero, fue el Señor Donato Sanz, que tuvo su botería en los Soportales de la Plaza de España. Hoy la industria del vino ha cambiado de pleno, nada es lo mismo que entonces era, Más la producción de uva creo que ha crecido. La Seca Cuna del Verdejo. G X Cantalapiedra.
Ayer pasando por el Árbol Alto de la carretera de Tordesillas, se me vino a la memoria una canción de hace setenta años o quizá más, la canción decía”. Y dicen que a los borrachos les van a tener envidia, las tierras de remolacha las van a plantar de viñas”. Y la otra canción decía casi lo mismo. “Y dicen que a los borrachos les van a tener envidia, las tierras de La Perdiz las van a plantar de viñas”. Parece ser que los futurólogos de entonces ya preveían el futuro de los viñedos o majuelos que ahora se tienen plantados, aunque conocí a personas muy mayores cuando yo era un niño, que me contaron que las viñas hacia ciento y pico años, llegaban hasta las tapias de adobe de las calles lasecanas, una de las viñas llegaba hasta la Calle del Carraescobar, y lo mismo por la parte de la Granja, que las viñas llegaban hasta El Rancho. Y por el Cotarrillo, era lo normal. Ya que La Seca era entonces una bodega tras otra bajo las casas del la Villa, Donde mi abuelo paterno fue sacador de pellejos de vino, solamente los hombres fuertes lograban mantener ese oficio sin acabar agotados, ya que eran pellejos de cabras y ovejas que podían tener de capacidad unos cinco cantaros de vino, que eran cada cántaro 16, litros, igual a 23, kilos de uva, y aún mayores, sin contar que había escaleras muy malas y otras que estaban desgastadas por ser de tierra o peña no muy dura. La Seca conocía los carros que venían desde Asturias y Santander por su buen vino Verdejo, donde es sus bodegas subterráneas la temperatura era lo mismo durante todo el año, unos 14, grados. Hubo familias enteras que al terminar esos oficios de boteros tuvieron que salir en la emigración forzosa, El ultimo botero, fue el Señor Donato Sanz, que tuvo su botería en los Soportales de la Plaza de España. Hoy la industria del vino ha cambiado de pleno, nada es lo mismo que entonces era, Más la producción de uva creo que ha crecido. La Seca Cuna del Verdejo. G X Cantalapiedra.