LEYENDAS DE CASTILLA LA VIEJA...

LEYENDAS DE CASTILLA LA VIEJA
Comentan las gentes de aquel valle, que hace muchos años, quizá muchos mas de cien, que hubo un hombre que se caso con dos hermanas al tiempo, Aunque parece ser que en la iglesia solo pudo hacerlo con la hermana mayor, Eran dos hermanas trabajadoras y esclavas de sus faenas agrícolas, que vivían dignamente de sus productos del campo. Además de tener muchas gallinas y conejos en su casa, que las arreglaban su economía, Las dos hermanas de palabra se ve que se casaron en el portal de su casa, prometiendo aquel hombre que era fiel y trabajador como de veras era. Que serían sus mujeres para el resto de su vida, El prometió y juro lo mismo que ellas y se dieron un fuerte abrazo para sellar para siempre su casamiento. El matrimonio aquel funciono muy bien, pero pasados algunos años, no tenían descendencia, y se comentaba en aquel valle, que nadie sabía el contrato que entre los tres seres humanos de palabra existía, al ver a la hermana menor en estado de buena esperanza, Ya que todos los días del año, los tres seres humanos salían a trabajar en sus fincas, ya que las dos mujeres sabían arar con sus acémilas, y podar las viñas suyas. Eran tiempos duros, y la hermana pequeña empezó a no ir al campo, los vecinos estaban cotilleando aquella falta en el trabajo agrícola, que quizá duro como algo más de dos meses, hasta que la vieron en la calle sin estar demasiado gorda, pero parece que un chiquillo lloraba dentro de su casa, y aquel hombre decidido y habilidoso, se acerco al Ayuntamiento del valle a declarar su nacimiento. Que al secretario del dicho Ayuntamiento no le parecía nada raro, el niño fue creciendo, y sin tener ningún problema, se sentía feliz entre las dos hermanas, que eran para él su propia madre, con el tiempo el niño aquel cogió una pulmonía, un día de la Semana Santa, y el medico de aquel valle no consiguió poderle curar, el entierro fue en familia, y aunque todo el pueblo lo tenía asimilado, no pudo enterarse de aquel fatídico suceso, El Hombre y sus dos mujeres siguieron trabajando sus fincas, tuvieron suerte y no les falto dinero en su economía castellana, que con el tiempo se fueron marchando de esta vida, dejando el recuerdo de como tres seres humanos cumplieron su palabra que ante la iglesia y el juzgado no eran validas. Pero que todo aquel valle sabía que eran un matrimonio a estilo musulmán, y nadie lo critico, al verlo de lo más normal, aunque eran personas de procedencia cristiana, y fueron sus finales bajo esa misma religión. CASTILLA tiene sus leyendas, quizá algunas puedan ser falsas, pero la mayoría son verdaderas. G X Cantalapiedra.