Paco y señora buenos días, que tal, por aquí hace calor desde primera hora.
Supongo habréis salido mas temprano a andar, bueno poco hay de nuevo para contar
bueno si tengo como un chiste que he visto en YouTube despues te lo cuento.
Hasta mas tarde, son las 10'09h. para comprobar cuando llega.
manuel
Supongo habréis salido mas temprano a andar, bueno poco hay de nuevo para contar
bueno si tengo como un chiste que he visto en YouTube despues te lo cuento.
Hasta mas tarde, son las 10'09h. para comprobar cuando llega.
manuel
Buenas tardes Manuel y señora. Hoy se ha hecho un poco tarde el paseo. Me acaba de llegar tu mensaje hace 10 minutos.
Ya hemos comido y tomado café con flan que hice ayer.
Sigamos con los temas filosóficos, más interesantes que los temas políticos.
CON-LO-QUE-NO-TENGO
Toda la sociedad actual parece basada en el “tener” y no en el “ser”. Para convencernos de que esto es lo que hay hoy, existe una frase que sirve a la vez como motor y como trampa, y es “Qué feliz sería yo con lo que no tengo”.
Y lo que no tengo no es un coche, ni una casa, ni un buen sueldo, ni una pareja... lo que no tengo es “lo-que-no-tengo”, es decir, algo no posible.
Si yo consiguiera tener lo-que-no-tengo, no me haría feliz, porque ese algo, al tenerlo dejaría de ser lo-que-no-tengo y volveríamos a necesitar lo-que-no-tengo.
Llegado este punto, lo importante es valorar lo que uno tiene y, sobre todo, la posibilidad de disfrutarlo a partir de lo que eres. Y si es en compañía pues mejor.
Cuentan que el sabio Diógenes (que fue un filósofo griego sobre el 350 A. C) iba por las calles de Atenas vestido con harapos y dormía en los portales.
Una mañana, pasó por el portal donde estaba un rico ateniense.
—Buenos días amigo Diógenes— dijo el caballero
—Buenos días— contestó Diógenes.
—Amigo Diógenes, al ver tu situación he venido a darte una bolsa con monedas.
Entonces, Diógenes miró la bolsa y a él en silencio, sin hacer ningún movimiento.
¿Tienes más monedas?— preguntó Diógenes.
—Claro que sí— contestó el rico, —tengo muchas más.
¿Y no te gustaría tener muchas más de las que tienes? — le preguntó Diógenes.
— ¡Por supuesto que sí, claro que me gustaría!—contestó rápidamente el rico.
—Entonces— añadió Diógenes—, guárdate estas monedas que me das, porque creo que tú las necesitas más que yo.
El rico ateniense muy extrañado contestó —Diógenes, tu también tienes que comer todos los días y para eso se necesita dinero.
—Ya tengo una moneda—Y se la mostró. —Y creo que me bastará para una taza de trigo y hasta para unas naranjas para hoy.
Extrañado, el rico ateniense le dijo: — Estoy de acuerdo. Pero también tendrás que comer mañana, y al día siguiente ¿De dónde sacarás el dinero para mañana y los días venideros?
Diógenes, muy tranquilo, lo miró de arriba a abajo y muy suavemente añadió: — Si tú me aseguras, sin temor a equivocarte, que viviré hasta mañana, entonces quizás tome tus monedas...
El rico, no supo que contestar, se encogió, y se fue con su bolsa y su querer tener por tener.
Está claro que el aquí y el ahora es lo más importante, así como el cambiar el “tener” por el
“ser”. Hasta me atrevo a añadir que deberíamos meditar entre el “bien-estar” y el “bien-ser”. Todo ello unido a darle “valor a lo que cada uno tiene” y no al revés.
Hay que dar valor a lo que-uno-tiene y la posibilidad de disfrutarlo a partir de lo que eres, y si es en compañía mejor. Y nunca olvides que a pesar de que nadie es imprescindible debes darte cuenta que sin ti... sin cada uno de nosotros..., la vida de otras personas, que sin duda nos quieren, tan feliz.
“La pobreza no viene por la disminución de las riquezas, sino por la multiplicación de los deseos”
Paco
Ya hemos comido y tomado café con flan que hice ayer.
Sigamos con los temas filosóficos, más interesantes que los temas políticos.
CON-LO-QUE-NO-TENGO
Toda la sociedad actual parece basada en el “tener” y no en el “ser”. Para convencernos de que esto es lo que hay hoy, existe una frase que sirve a la vez como motor y como trampa, y es “Qué feliz sería yo con lo que no tengo”.
Y lo que no tengo no es un coche, ni una casa, ni un buen sueldo, ni una pareja... lo que no tengo es “lo-que-no-tengo”, es decir, algo no posible.
Si yo consiguiera tener lo-que-no-tengo, no me haría feliz, porque ese algo, al tenerlo dejaría de ser lo-que-no-tengo y volveríamos a necesitar lo-que-no-tengo.
Llegado este punto, lo importante es valorar lo que uno tiene y, sobre todo, la posibilidad de disfrutarlo a partir de lo que eres. Y si es en compañía pues mejor.
Cuentan que el sabio Diógenes (que fue un filósofo griego sobre el 350 A. C) iba por las calles de Atenas vestido con harapos y dormía en los portales.
Una mañana, pasó por el portal donde estaba un rico ateniense.
—Buenos días amigo Diógenes— dijo el caballero
—Buenos días— contestó Diógenes.
—Amigo Diógenes, al ver tu situación he venido a darte una bolsa con monedas.
Entonces, Diógenes miró la bolsa y a él en silencio, sin hacer ningún movimiento.
¿Tienes más monedas?— preguntó Diógenes.
—Claro que sí— contestó el rico, —tengo muchas más.
¿Y no te gustaría tener muchas más de las que tienes? — le preguntó Diógenes.
— ¡Por supuesto que sí, claro que me gustaría!—contestó rápidamente el rico.
—Entonces— añadió Diógenes—, guárdate estas monedas que me das, porque creo que tú las necesitas más que yo.
El rico ateniense muy extrañado contestó —Diógenes, tu también tienes que comer todos los días y para eso se necesita dinero.
—Ya tengo una moneda—Y se la mostró. —Y creo que me bastará para una taza de trigo y hasta para unas naranjas para hoy.
Extrañado, el rico ateniense le dijo: — Estoy de acuerdo. Pero también tendrás que comer mañana, y al día siguiente ¿De dónde sacarás el dinero para mañana y los días venideros?
Diógenes, muy tranquilo, lo miró de arriba a abajo y muy suavemente añadió: — Si tú me aseguras, sin temor a equivocarte, que viviré hasta mañana, entonces quizás tome tus monedas...
El rico, no supo que contestar, se encogió, y se fue con su bolsa y su querer tener por tener.
Está claro que el aquí y el ahora es lo más importante, así como el cambiar el “tener” por el
“ser”. Hasta me atrevo a añadir que deberíamos meditar entre el “bien-estar” y el “bien-ser”. Todo ello unido a darle “valor a lo que cada uno tiene” y no al revés.
Hay que dar valor a lo que-uno-tiene y la posibilidad de disfrutarlo a partir de lo que eres, y si es en compañía mejor. Y nunca olvides que a pesar de que nadie es imprescindible debes darte cuenta que sin ti... sin cada uno de nosotros..., la vida de otras personas, que sin duda nos quieren, tan feliz.
“La pobreza no viene por la disminución de las riquezas, sino por la multiplicación de los deseos”
Paco
Paco buenas tardes, te contesto antes de ir al café, yo tengo
algo de Diogenes lo busco y te lo pongo, sin ninguna duda si lo
que deseas es lo que no tienes al tenerlo deja de ser un deseo
para a continuación desear lo siguiente y así hasta el infinito
pues lo que ya sabemos (dejame como estoy ya me conformo).
Bien tomo el café y regreso.
manuel
algo de Diogenes lo busco y te lo pongo, sin ninguna duda si lo
que deseas es lo que no tienes al tenerlo deja de ser un deseo
para a continuación desear lo siguiente y así hasta el infinito
pues lo que ya sabemos (dejame como estoy ya me conformo).
Bien tomo el café y regreso.
manuel