La abuela de la niña, antes del suceso de Logroño: «Adriana se va a inseminar para tener una hija para ella sola»
La detenida por la muerte de su hija de cinco años en un hotel de la capital rioja «no soportaba» que la niña estuviera con su padre y la pareja de este.
Javier Chicote.
MADRID. Actualizado: 31/01/2020 10:38h.
Adriana Carolina Ugueto, la madre de la niña de cinco años aparecida sin vida en un hotel de Logroño el pasado lunes, arrastraba una separación traumática que pudo ser uno de los elementos que la indujo al terrible, injustificado y presunto crimen.
El padre de la menor no solo había obtenido la custodia, que en un primer momento recayó sobre la madre, sino que había rehecho su vida. Según narran a ABC fuentes de su entorno en Haro, la localidad riojana en la que residían, Adriana Carolina «no soportaba» que su hija estuviera con su padre y con la pareja de este, e incumplía las entregas ordenadas por el juez.
La abuela de la niña, cuyo cuerpo apareció en el río Ebro tras el sobrecogedor suceso, había comentado la situación con algunos vecinos:«Adriana se va a inseminar y así tendrá una hija que solo será de ella», aunque en ningún momento dio a entender que fueran a hacerle algo a la niña que ya tenía. Sí reprochaba a su yerno «haber dejado» a Adriana Carolina.
La mujer, de 35 años, fue puesta ayer a disposición judicial, tras lo que el magistrado decretó prisión incondicional por un presunto delito de homicidio (no trascendió si había prestado declaración o se negó a hacerlo).
Los agentes de la Policía la habían conducido desde la unidad de Psiquiatría del Hospital San Pedro. De momento niega ser la autora del crimen, y los investigadores tratan de esclarecer el suceso. A la espera de la autopsia definitiva, una de las hipótesis de trabajo es que la niña muriera por asfixia, con o sin sedación previa.
La madre y la abuela dejaron siete cartas que apuntaban al suicidio y, de forma menos clara, al fatal destino de la niña Carolina. El padre de la menor es profesor en un colegio de San Asensio, mientras que la madre, también profesora pero sin plaza, impartía algunas clases particulares. Abrió, junto con su madre, una tienda de ropa en la cercana Mirando de Ebro (Burgos), pero les fue mal. Cerraron tras contraer importantes deudas.
La detenida por la muerte de su hija de cinco años en un hotel de la capital rioja «no soportaba» que la niña estuviera con su padre y la pareja de este.
Javier Chicote.
MADRID. Actualizado: 31/01/2020 10:38h.
Adriana Carolina Ugueto, la madre de la niña de cinco años aparecida sin vida en un hotel de Logroño el pasado lunes, arrastraba una separación traumática que pudo ser uno de los elementos que la indujo al terrible, injustificado y presunto crimen.
El padre de la menor no solo había obtenido la custodia, que en un primer momento recayó sobre la madre, sino que había rehecho su vida. Según narran a ABC fuentes de su entorno en Haro, la localidad riojana en la que residían, Adriana Carolina «no soportaba» que su hija estuviera con su padre y con la pareja de este, e incumplía las entregas ordenadas por el juez.
La abuela de la niña, cuyo cuerpo apareció en el río Ebro tras el sobrecogedor suceso, había comentado la situación con algunos vecinos:«Adriana se va a inseminar y así tendrá una hija que solo será de ella», aunque en ningún momento dio a entender que fueran a hacerle algo a la niña que ya tenía. Sí reprochaba a su yerno «haber dejado» a Adriana Carolina.
La mujer, de 35 años, fue puesta ayer a disposición judicial, tras lo que el magistrado decretó prisión incondicional por un presunto delito de homicidio (no trascendió si había prestado declaración o se negó a hacerlo).
Los agentes de la Policía la habían conducido desde la unidad de Psiquiatría del Hospital San Pedro. De momento niega ser la autora del crimen, y los investigadores tratan de esclarecer el suceso. A la espera de la autopsia definitiva, una de las hipótesis de trabajo es que la niña muriera por asfixia, con o sin sedación previa.
La madre y la abuela dejaron siete cartas que apuntaban al suicidio y, de forma menos clara, al fatal destino de la niña Carolina. El padre de la menor es profesor en un colegio de San Asensio, mientras que la madre, también profesora pero sin plaza, impartía algunas clases particulares. Abrió, junto con su madre, una tienda de ropa en la cercana Mirando de Ebro (Burgos), pero les fue mal. Cerraron tras contraer importantes deudas.