Somos dos, barcos de vela, José María Aznar

Somos dos, barcos de vela,
navegando por el mar,
cambiando los de de rumbo
no podemos encontrar,
son conceptos paralelos
para enjuiciar a Aznar

Tenía pensado contarte hoy, que ayer Florentino, el presidente de los merenguitos y la ACS, junto con Guille, nuestro presi, pusieron en marcha la primera de las tres plantas termosolares que se ha construido en el término municipal de la Torre de Miguel Sesmero. En unos terrenos que hay yendo para Nogales, de cuyo pantano coge el agua que necesita. La planta Extresol 1, que quedó conectada a la red. Instalaciones que suponen una inversión de 900 milloncetes de euritos y dará unos cuantos puestos de trabajo además de producir un montón de millones de megavatios, y más cuando se pongan en marcha la dos y la tres que, junto con la de Alvarado, que ya está en marcha, inyectarán a la red un motón de megavatios.

Qué diría hoy don Elóy; aquél señor que gestionaba nuestra fábrica de la luz (de la lú), que funcionaba con jaces de taramas y leña y a la que se le rompía la culata de vez en cuando y nos quedábamos a dos candiles porque para velas no había.

Pero no, no te voy a hablar de esto, ni de los kilómetros de costa de agua dulce que hay por tierras extremeñas, hoy incrementadas con los recientes aguaceros y la crecida de nuestro río Anas, sino de La canción del pirata, uno de cuyos párrafos dice:
Y va el capitán pirata
cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro Europa,
y allá a su frente Estambul.

Y es, porque eso de que los capitanes piratas canten alegres desde la popa, que no es su puesto; será porque confían en su timonel y porque conocen el mar por el que el viento arrastra a su nave ¿qué mar sería aquél? Pues es de suponer, que no era tan proceloso como este por el que va ahora la nave redonda y sin timón, igual que la que dicen que hizo Moisés cuando metió en su interior una pareja o yunta de bichos de todas las especies y que estaba pensada sólo para flotar y, en la que todos, o sea todos, parece que estamos metidos. Pero claro está, no todos tenemos el mismo punto de vista porque ocupamos compartimentos diferentes, de manera, que los que vamos atados a los remos, no podemos ver las cosas como los que van en camarotes de lujo y menos, si el capataz, nos azuza constantemente y nos da latigazos, para que rememos con más bríos, a la vez, que nos recorta la ración de agua y comida. Mientras, los instalados en compartimentos lujosos y aireados, engullen a placer ricas viandas servidas por solícitas señoritas de falda menguante y piernas crecientes.

¡Más maera! Dijo Groucho y arrimó fuego a la pira para que la locomotora ardiera, pero el pasaje se fue al carajo y estábamos todos dentro.

Salud.