SAN ISIDRO LABRADOR, La Poesía

SAN ISIDRO LABRADOR

San Isidro labrador
De quien tanto hay que hablar,
Que trabajaba en el campo,
Para ganar su jornal.

Nunca comenzó el trabajo,
Sin antes haber rezado,
Para que Dios le ayudara,
Y así, poder realizarlo.

Siempre que llegaba al campo,
El, de rodillas rezaba,
Y Dios le mandaba un Ángel,
Que con los bueyes araba.

Cuando abandonó Madrid,
La tierra que tanto amaba,
Se marchó a Torrelaguna,
Porque, Madrid la cercaban,

Allí conoció a su esposa,
mujer de mucha nobleza,
A quien todos conocieron
Por, María de la Cabeza.

Terminaron siendo Santos,
Cristianos de gran bondad,
hoy descansan en Madrid,
En su hermosa Catedral.

Allí descansan sus cuerpos,
Y sus almas, en el cielo,
Ruegan por los labradores
Y por todos los obreros.

Hoy los buenos Madrileños,
celebran con devoción,
la Onomástica del Santo,
y además, ¡Es su patrón!.

Que tengan hoy un buen día,
Los de buena condición,
Y que el Santo los proteja,
Dándole su bendición.
Pa. Sa. Ma.