! Hola amigos! Cierto es, que entre tanta coas oscuras,...

! Hola amigos! Cierto es, que entre tanta coas oscuras, que llueven sobre el mundo, estoy caminando, sin desde hace tiempo "contarme" un bellos cuento Yntentaré

RECORDAR.
A recordar que a poco de conocernos, temblábamos desde ese temblor de la alegría. que yo tomaba su mano, y decía: Escucha mi dulce amiga, mas allá del mar me marcharé muy pronto, y tu alumbrarás silencios..

A recordar eras todo ternura. Que la tarde aquella en aquel local frecuentado por marineros, se cruzaron nuestras miradas, y que tragué saliba, porque eras bella como un alba.
Llego tu amiga, saliste, y desde la puerta os vi partir: os seguí, hasta que os perdisteis por una puerta grande. El sol se hundía en esos instantes por el mar.
Un hombre andaba solo. Un hombre se sintió mas solo todavía, cuando las sombras de la noche, cayeron por el puerto, don de voceaban y caminaban marineros cargados de alcochól lcunas gentes caminaban por los aledaños del Puerto. regresé, me acerqué a la puerta grande y entré: era un baile. Sonaba una música y olia a tabaco.
Yo venía de lugares de soledad, de llanuras salpicadas de montañas de dunas.
La música y las gentes... alli no lo había, pero si que, los recuerdos bullían, en las noches, con un cielo que luce las mas brillantes estrellas.
De repeete os vi y tras un! hola! charlamos de unas pocas cosas... por que la música... ¿? -dijo ella- alguien cantaba la canción de moda: VIENTO, TU QUE VIENES DE LEJOS, DIME SI LA HAS VISTO LLORA. Mi corazón se aceleraba, por la canción y por el calor de su mejilla apretada a la mía. hablamos muy poco. En el silencio y los cuerpo apretados, nos decíamos muchas coas. Vivíamos la canción, la canción era hermosa.
la canción nos unio en tardes a la orilla del mar, no muy lejos de donde la conocí... antes de la marcha, antes de la larga ausencia. en la que muchas mecces me decía: quiero quererla pero no puedo quererla. El tiempos s empeño en pones polvo a la memoria, pero no los suficiente, aunque el destino si que fue cruel para con nosotros. Yo no puedo amarte y sin embarco... Le decía en mi última carta.
Y de nuevo el destino quiso que cayera en la isla, para una vez mas recordadr solo entre los solos, la murada perdida en las aguas de la baía y un poco mas lejos, en otra gran playa, en la que sin duda estaba.
Estaba recordado, que el día que la conocií no quise saber su nombre, y que le dije: rte llamaré amor...
Amor nunca supo que regresé, que estuve tarde esteras donde estuvimos. Que mi mirada fija en la bahía, en la caricia de la brisa, sin sus caricias... Empeñado en recordar. VIENTO, TU QUE VIENES DE LEJOS, DIME SI LA AS VISTO LLORAR..."
libertad.