Mi dulce poeta, no te preocupes por lo despierta que...

ESTACIÓN DE ENSUEÑO

Mi dulce estación de Otoño
que otra vez vuelves a mis lares,
tiñendo de gris verde y oro
pinos encinas y castañales.

Cálidos y nublados días
amparados bajo un sol mortecino
que entre nubes descansa dormido
como una lámpara de gastadas bujías.

Horas de melancolía y nostalgia
robadas a la prisa y el aturdimiento,
en un vivir tan veloz como el viento
donde no existe tiempo ni distancia.

Los años se van muy deprisa
quemados como incienso oloroso
sin apenas tener paz ni reposo
segadores de campos sin sonrisas.

Somos caminantes sin paradas,
peregrinos entre máquinas y asfalto,
manos que se unen y separan
cuando en el camino hacemos un alto.

Ya no tenemos tiempo para sentarnos,
ya no queda tiempo para contemplar,
ya no tenemos tiempo para amarnos
y menos aun tiempo para soñar.

Somos máquinas buscando negocio
números en una cuenta bancaria,
esclavos de un tiempo sin ocio
enfermos de una colmena sin calma.

Sobrevivímos golpe a golpe
como un reloj que las horas marca,
el punto de mira es el mismo norte
sin ver que el tiempo tiene sus páutas.

Más el Otoño vuelve fiel a su cita
después del verano conquistador
como un amante de suaves caricias
discreto apasionado y tentador.

Él no sofoca con abrazos ardientes
por eso buscamos bajo él su calor,
mientras el sol besa nuestras frentes
antes que llegue el invierno castigador.

Tres caballeros y una dama
que engendran vida y color,
cuatro estaciónes que marcan
vida y muerte a nuestro alrededor.

Y nosotros siempre en el medio,
payasos de feria unos y otros
viendo como la vida se nos escapa
sin detenernos ha saborearla un poco.

Luz Parras.

De lo bello, de lo hermoso, justo es ponerlo en en el lugar que le corresponde, Tomo nota desde lo que queda de mi memoria, penando en el pesar de lo despierta que era y como esta se ha deteriorado en el tiempo.
Quiero decir mi estimada amiga Luz, que salgo de bicí antes que los fríss me obliguen a encerrar esta en el sótano, t que mientras paseo, tal vez me nazca algo de tu bonito poema. Mi pesamiento siempre esta despierto y dispuesto a soñar.
Un abrazo.

Mi dulce poeta, no te preocupes por lo despierta que sea tu memoria, se apagan cosas viejas y nacen otras nuevas, mientras el corazón este cargado de sensaciones, tu pluma le hará honor exponiéndolas para deleite nuestro.
Un cálido abrazo. (Luz)
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Veras... veras mi apreciada poetisa. Será que soy amigo de las flores, hasta me siento hermano de los hombres desgraciados. será que dentro llevo una voz enardecida. Será que tus versos arrastran: tu poema le he convertido en primavera.
Será para mañana. Hoy me retiro
Te envío la voz de mi abrazo... limpia como un cielo límpido.