Muchacho, antes de hacerse esta pregunta, convendría, preguntarse, quienes padecen esta miseria, quienes no y el porque.
Y mientras tanto poner una miradita en esos pueblos árabes, pese a la suerte de su petroleo.
Como no tengo tiempo de mas explicaciones que solo los ciegos no quieren ver, me he paseado por algunos lugares de Europa, y se que también se crean pobres a la vez que mas ricos, dir`´e que la demagogia, poca o mucha, no crea destruye.
Escribía ho to por un pueblo, sobre el mundo: mi casa y decía de ella que prodridos sus cimientos, parades que tiemblan gritas enormes, falsas pinturas, que no consiguen tapar las porquerías, unos viajeros por los mas fríos pasillos que labran, otros que no sudan, y sestena, banqueros que se acercan de sus garras afiladas, y hieren al debil, y hasta le arrebatan sus pequeños sueños.
Y terminaba hablando de las hendiduras de mi vieja casa, como los encorvatados, subidos en lo alto del tejado, pronuncian día a día sonoras carcajadas con un repleto almacén de mantas y abrigos.
Por otra parte: mi abuela me hablaba de una cigarra y las hormigas. Y mi mabre (su hija) No gastes el dinero antes de haberlo ganado... y de lo ganado hay un esfuerzo, para si mañana no `puedes ganarlo. Y mi padre, que casi nunca hablaba. A solas me contaba el cuento de la lechera.
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