Se me terminan las vacaciones y con ello, mi posibilidad...

Se me terminan las vacaciones y con ello, mi posibilidad de estar asomándome con frecuencia a este foro. Lo haré muy esporádicamente.
La primera cosa que quiero decirte, Fernando/Isabel, es que esa seguridad en la que estás instalado por la cual tu visión de la Iglesia Católica es como si fuera un monstruo de maldad, carece por completo de fundamento. Si te das cuenta, todo lo que ella hace viene interpretado por ti con intencionalidad, es decir, lo juzgas como si detrás de toda obra buena (que tiene tantas) o mala (que también tiene, propia de toda obra humana), viniera motivada por oscuros intereses, juzgas por prejuicios que se te han inculcado en algún ambiente terriblemente „anti“, acaso con algún fundamento puntual, pero que no es, ni con mucho, el modo de ser de la Iglesia. Si la Iglesia hace caridad, atacas porque ves en ello una „farsa“, „ambición“, „propaganda“. No sé de dónde sacas que entre „Lo que recibe la iglesia de los Estados, y lo que destina ésta a los necesitados, hay un abismo“. Sabes que Caritas (por poner el ejemplo más emplemático), hace todos los años un seguimiento de sus ingresos y destinos, y al final se somete a una auditoría. Por algo los gobiernos prefieren confiar la administración a la Iglesia, cuando quiere limpieza en el ejercicio. Si los Organismos nacionales o internacionales dan a la Iglesia, no es porque ella se lo exija, que no tiene capacidad (por eso sobra esa expresión de „como si los Estados estuvieran obligados a pagarle al Vaticano el impuesto revolucionario“, sino porque ellos quieran o porque encaje en los criterios de ayudas al desarrollo.
No hablemos nada de que la Iglesia „no ataja a las raíces“. Te recomiendo que te estudies los informes presentados anualmente a la ONU (FAO, UNESCO, etc.) por la Comisión Pontificia de Justicia y Paz, o por las ONGs de la Iglesia (una de ellas en España, es Manos Unidas, etc.).
Tampoco sé de dónde viene la idea de que la Iglesia impone su doctrina a todo el mundo. La Iglesia „propone“. Puede imponerlo a quienes se sienten cristianos y desean tener formación cristiana. ¿Con que derecho se les puede privar de este derecho a los cristianos? El catecismo de la Iglesia no es como la Educación para la Ciudadanía que, quieras o no, tienes que impartirla con las doctrinas allí determinadas por unos políticos, incluso contra el criterio de los padres que sólo se les concede el derecho a estar callados y aguantar.
Hay normas que no se fundamentan en la religión, sino en la dignidad de la persona. Por eso muchas personas no creyentes las consideran válidas. Si la religión las defiende es porque la religión está a favor de la dignidad humana. Es el caso, por ejemplo, del aborto. No hace falta ser muy perspicaz para ver el hilo de continuidad entre la vida del ser dentro y fuera del seno materno. La Iglesia no puede aceptar en sus criterios la destrucción de un ser humano, como no puede aceptar el asesinato de cualquier inocente. Por eso defiende la vida. Pero no lo hace impositivamente sino con su propuesta. Como se puede apreciar.
Ver estas declaraciones de organizaciones:
«Con motivo del debate parlamentario de la nueva Ley del Aborto, la Organización Médica Colegial, consciente de los deberes que tiene para con los ciudadanos en general y los médicos en particular, expone públicamente sus compromisos éticos en materia sanitaria, que afectan a unos como beneficiarios de los actos médicos y a los otros como agentes necesarios para su realización, por lo que elevan a la opinión pública las siguientes consideraciones:
Primera
De acuerdo con el Código de Ética y Deontología Médica, la profesión médica está al servicio de la vida humana. » (Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos).

«El médico sigue estando obligado a respetar la vida humana en gestación, y cualquier legislación debe garantizar su libertad de negarse a la práctica del aborto» (Colegio de Médicos de Madrid)