Yolanda Díaz oculta los datos de fijos discontinuos más de un año después y siembra la duda sobre el empleo que se crea.
SUSANA ALCELAY.
SUSANA ALCELAY.
Resulta un trabajo arduo y poco productivo que el ministerio del trabajo que recibe los datos de las distintas autonomías se ponga de acuerdo con todas ellas sin perjuicio de sexo, edad, religión ni de ideas políticas para pedirlas que falseen los datos y que al gobierno le salgan las cuentas y presuma sin pedir a cambio nada.
Algunas comunidades no publican sus datos a tiempo, pero están obligadas a darlos y sumar datos es un ejercicio matemático sencillo.
Hay un pequeño baile de cifras debido a eso (siempre lo hubo) pero no es motivo para sembrar dudas.
Algunas comunidades no publican sus datos a tiempo, pero están obligadas a darlos y sumar datos es un ejercicio matemático sencillo.
Hay un pequeño baile de cifras debido a eso (siempre lo hubo) pero no es motivo para sembrar dudas.
Metidos en el plano de política de estado es una hipótesis arriesgada de demostrar el que el gobierno central de algún beneficio a las comunidades por falsear datos, dado el caso de que la gran mayoría de comunidades autónomas manejan sus propios datos y son del signo contrario al gobierno, otra hipótesis no descartable es el falseamiento de datos como publicidad de buen gobierno de las autonomías y la aceptación de esos datos (positivos para su propaganda también) para su propia causa por parte del gobierno.