Los
sindicatos de los
trabajadores aquí no pintan nada, la
huelga de transportistas, no es una huelga sindical sino de empresarios. Eso es lo malo porque no está reglada en nuestra Constitución y es salvaje, ya que no hay servicios mínimos. Buscan nuestra compasión y ellos no la tienen con otros autónomos que no pueden ni dar de
comer a sus
animales o tienen que tirar sus productos: leche o frutas y verduras, que son a veces el
trabajo de muchos meses.
Es una vergüenza.