Muchos nuevos votantes han pasado de la adolescencia...

Muchos nuevos votantes han pasado de la adolescencia a la mayoría de edad con este Gobierno progresista en ejercicio. Con el feminismo llenando las calles, con la iguladad y los derechos LGTBI defendidos y reivindicados desde las instituciones. A lo mejor por eso muchos nuevos votantes creen que eso es 'lo establecido'. Por eso mismo, quizá, Vox les parece la 'rebeldía'. Muchos indignados, sin saberlo, son ahora de extrema derecha.

No saben que en realidad Vox –lo que representa Vox– ha gobernado este país durante siglos. Ignoran que ese partido de extrema derecha, y su valedor, el PP, son el auténtico poder establecido, aun cuando no gobiernan. Ignoran lo frágiles que son las democracias. Lo mucho que ha costado lo conseguido. Lo fácil que es involucionar. Pero esta no es la única causa por la que, ojalá me equivoque, Vox llegará a La Moncloa.

La opinión pública se forma siguiendo la opinión publicada. Y la opinión publicada, en casos muy notorios, está en los últimos años y cada vez en mayor medida al servicio de ciertas ideas fijas y simples: 'nosotros/ellos', 'buenos/malos', 'España/Antiespaña'... Además, la realidad es compleja y la complejidad no es popular: no 'genera audiencia'.

Decíamos que el terreno para que el fascismo vuelva a florecer en España lleva años abonándose, antes de que existiera Vox. Al franquismo sociológico heredado se han sumado décadas de telebasura mayoritaria. De un vaciamiento sistemático de la conciencia crítica. De una pérdida creciente de la capacidad de concentración. De una merma evidente de la comprensión lectora. De una galopante pereza en la asimilación de ideas nuevas y de una total apatía en el necesario ejercicio de la empatía. Ponerse en la piel de los demás, intentar comprenderlos y apreciarlos, cansa mucho más que temerlos u odiarlos.