MINERÍA / Protestas por la crisis del sector

“Estamos preparados para la lucha más dura”

1.500 mineros se manifestaron en León y Ponferrada ante Subdelegación, Junta, Diputación y las sedes del PP

David Rubio / León
Tras las asambleas y los cortes de carretera de primera hora con que han comenzado todas las jornadas de esta huelga indefinida en el sector de la minería, la cita era ayer a mediodía. En León, frente a la Subdelegación del Gobierno, más de un millar de mineros. En Ponferrada, frente a la sede de la Junta, alrededor de 500. La reivindicación, idéntica: “Si el carbón se muere, León se muere”.
En la capital de la provincia el despliegue policial era verdaderamente espectacular, fruto de la creciente tensión y, sobre todo, de los enfrentamientos que hubo entre mineros y antidisturbios en la manifestación de la semana pasada en Madrid. Armados con porras, escudos y cascos, detrás de unas vallas de seguridad, los policías impedían a los mineros acercarse al edificio de Subdelegación.
De allí, la manifestación partió por la avenida de Roma hacia la sede del PP, situada en el paseo de Salamanca, a través de la plaza de Guzmán y el puente de los Leones. No dejaron de sonar los petardos y los ya repetidos gritos “Si el carbón se muere, León se muere”, “Si esto no se arregla, guerra, guerra, guerra”, “Mariano, Mariano, no llegas al verano” o “Esto nos pasa por un gobierno facha”.
Ante la sede del PP, donde les esperaba un amplio despliegue policial, se volvieron a concentrar los mineros, lanzando constantemente huevos contra la sede del edificio. Los que acertaban a dar contra el logotipo que se puede ver en la fachada del edificio eran celebrados pro la multitud como si de un gol se tratara.
De allí, la manifestación partió hacia la Diputación, volviendo por sus pasos hasta enfilar la avenida de Ordoño II. Al pasar por la sede del Ayuntamiento de León, la marcha se detuvo y los mineros cantaban “que salga el de Cistierna”, en referencia al alcalde de León, Emilio Gutiérrez. Posteriormente, los manifestantes continuaron hasta la sede la Diputación Provincial de León, donde se vivieron los únicos momentos de tensión en una protesta que transcurrió sin ningún de incidente reseñable. El Palacio de los Guzmanes estaba rodeado por miembros del a Unidad de Intervención Policial, a los que algunos de los manifestantes lanzaron huevos a su llegada, motivo por el que se replegaron, aunque finalmente la protesta transcurrió con total normalidad. Los mineros quisieron dejar claro en sus declaraciones que “estamos preparados para la que puede ser la más lucha larga y dura del sector de la minería”. Representantes de los sindicatos mineros, alcaldes de los municipios en los que se encuentran las minas y familiares de los propios mineros les acompañaron en la protesta celebrada ayer simultáneamente en las calles de León y Ponferrada