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LEÓN EN VERSO

Niño bonito

LUIS URDIALES 19/09/2012

Vuelven a tronar ofensivas aquellas palabras del señor alcalde de Valladolid cuando para justificar que al norte de Castilla no hubiera otra cosa que la nada preguntó retórico «a ver, niño bonito, ¿dónde pondrías tú un aeropuerto en esta comunidad autónoma?». Antes de que la clá de corifeos del sistema de desinformación que ceba este artefacto autonómico, invento maligno como se ve, acertaran al unísono para gloria de la doctrina centrífuga que apadrinan quienes defienden que de Soria a Vega de Valcarce se apoquinen impuestos al Pisuerga, ya habían adelantado la respuesta los libros de texto.

Los libros, material que consagra la educación, están llenos de fotografías aéreas de Villanubla para ilustrar el tema de economía y sociedad en los temarios con los que desde pequeños malean la realidad a los niños leoneses. Villanubla, relatan en negrita, en Valladolid, resaltado con letras tan gordas como las de la Junta, en negro sobre blanco, es el aeropuerto rey, dice el temario obligatorio para guajes de 10 años que a tan tierna edad ya reciben catequesis refrendada por el maestro Mateos. Esa apología sobre el aeródromo que linda con la cárcel se encaja al lado de las páginas de conocimiento del medio en las que se atreven a aseverar que Valladolid es la capital de la comunidad, que es tanto como decir que es la capital de León. Y después de ese viaje, ni ha dimitido el consejero ni el tipo que firma como autor del texto que se imparte en las aulas.

Por la educación empezaron a dinamitar los núcleos que se niegan a comulgar con el pensamiento único que durante treinta años se ha basado en hacer ver que donde colocaron el gobierno de nuestros destinos —hacia la miseria, como ha quedado de manifiesto en todo este tiempo— se debería de ubicar además el desarrollo y el bienestar que se merecían por aquí. Si después de tres décadas de pagar tributos fuera de León y poner en un lugar remoto el control de nuestras vidas no se reciben de vuelta más que cartas y requerimientos para cerrar el aeropuerto, entonces es que realmente Martín Villa y González se confundieron en la brisca aquella en la que se jugaron la provincia en un tapete.

Los libros de texto que se imponen a los niños de León dicen lo mismo que el presidente de la Cámara de Comercio de Valladolid. No hay razón más poderosa para creer que el sistema está podrido. Que apesta, vamos.