Buenas tardes don Pedro, qué alegría más grande me...

Mi nombre es Pedro Rubio. Entré en Galerías en octubre de 1959 con 14 años (hoy tengo 74). Mi primer puesto fue como botones en el Dpto. Postal de la C/Magallanes nº 28. Pase por diversos departamentos: decoración y montaje, Maria de Molina 54, como adjunto a Don Antonio Rodriguez Pascual en las Nuevas Galerias. En 1969, debido a motivos profesionales me incorporé a una nueva empresa que me ofreció una mejor oportunidad en mi vida profesional. No obstante guardo entrañables recuerdos de la época en que trabajé en Galerias, que fue una verdadera escuela de aprendizaje, que posteriormente me sirvió de mucho en mi trayectoria profesional. Mis gratos recuerdos a D. Timoteo Villaoslada, D. Manuel Alcalá y sobre todos a Don Jose Fernandez, que tuve la ocasión de conocerle y trabajar con el, en un momento en que Galerías era una gran familia. Saludos cordiales PRD

Hola, soy Paloma Rodríguez-Pascual, hija de Antonio Rodríguez-Pascual y me ha hecho mucha ilusión encontrar este mensaje en internet, casualidades de la vida. Cierto es que Galerías Preciados era una gran familia y me alegra que tenga buenos recuerdos de la época. Mi padre ya falleció pero seguro que se acordaría de usted. Un saludo,

Doña Paloma, buenos días: tambien me ha hecho mucha ilusión el contenido de su mensaje y sobre todo al comunicarme que es usted hija de Don Antonio Rodriguez-Pascual. (q. e. d) Trabajar en Galerías fue muy gratificante, puesto que pude adquirir muchos conocimiento y experiencias que posteriormente me sirvieron en el futuro. He de reconocer que fue una autentica escuela donde aprendí a trabajar y conocer muchos y diversos temas del mundo de los negocios, sobre todo en lo referido a los Grandes Almacenes. Pasé por diversos departamentos y de todos ellos adquirí conocimientos suficientes (organización, compras, ventas, decoración y montaje, proceso de datos, etc.,) que posteriormente me sirvieron para encarar con garantías mi futuro. Pese a que sólo tenía 23 años su padre me seleccionó para hacerme cargo de una importante sección en las Nuevas Galerías. Los carcas de más de 50 años me pusieron todo tipo trabas porque no comprendían que un chico joven como yo hubiera accedido a un puesto de tanta responsabilidad, y no pararon de importunarme hasta que me aburrí y tuve que dejar la empresa. Muchos jefecillos, carguillos o como les queramos llamar –recordar que la categoría se gana, no se obtiene, te la conceden, no te la ceden- siguen cambiando sus actitudes al obtener el nombramiento y pasan a convertirse en déspotas, machistas, prepotentes y estúpidos. Es cierto que yo obtuve mis primeras responsabilidades y lograba mi primer nombramiento importante con 23 años, una jefatura como adjunto a la Dirección de las Nuevas Galerías como administrativo de 2ª dentro del escalafón profesional de la empresa. Los errores que llegué a cometer en aquel período y de los que, de algunos, no me siento especialmente satisfecho. Los años enseñan y la propia vida te muestra el camino a seguir si tienes la suerte de encontrarte con buenos profesionales que te corrijan y ayuden. Debo decir también que su padre don Antonio Rodríguez Pascual era un ejemplo a seguir. Mi gran suerte suerte fue conocer a su padre que era una persona sensacional que me guio y me dio esa mano para seguir en el camino adecuado. Tenia una personalidad arrolladora y más una vez me sugirió que me marchara a Estados Unidos a estudiar y trabajar. Hoy tengo 77 años, y sigo como jubilado-activo. En 1991 fue nombrado empresario del año por la revista Actualidad Económica. He fundado y dirigido 12 empresas de diversos sectores de la economía. Este es el legado que me dejo su padre. Reciba un fuerte abrazo y le deseo todo lo mejor para usted y su familia. PRD

Buenas tardes don Pedro, qué alegría más grande me da leer sus palabras tan cariñosas hacia mi padre. Y me alegro saber que en su trayectoria profesional le fuera tan bien y que recibiría ese merecido nombramiento.
Mi padre nunca apostaba por nadie que no estuviera seguro que tenía un gran potencial y que sabría aprovechar las oportunidades, y me alegra saber que con usted no se equivocaba.
Siempre nos contaba que él pasó las primeras semanas en Galerías Preciados vendiendo calcetines en Callao para aprender el negocio desde abajo y lo aprendió, así como a valorar el esfuerzo y a afrontar los retos.
Mi padre tuvo sus adeptos, pero también había quien lo veía como un enemigo. Su gran personalidad y sentido el humor no todo el mundo lo entendía, pero dejó su huella.
Le deseo todo lo mejor y una Feliz Navidad.