MARIPOSA, ¿ESTÁS AHÍ, AHÍ, AHÍ?...

Angel:

¡es tan extraordinaria la naturaleza! Tengo una foto en archivo de unas flores en una pared. ¿Dónde está la tierra ahí? Ahora no la tengo a mano, pero eran unas flores de color rosa fuerte en racimo; hay gente que se las lleva a otro sitio mejor y no florecen. Solo florecen en los muros de piedra.
Las seguiré de cerca este año a ver si vuelven... por primavera.

Este invierno no ha sido muy crudo, y esa será la razón de que haya flores; pero las violetas, pensamientos, prímulas y otras son de invierno. Y en Burgos se dan y a la vista.

Saludos

CARMEN. No sabía que las violetas son plantas de invierno. Lo cierto es que no me gustan ni me disgustan las flores. Las respeto.

Las flores no se suelen comer, algunas sí; pero aunque no sean comestibles, alegran el espíritu, levantan el ánimo y hacen posible una sonrisa. Se regalan como símbolo de amor, de amistad y son muy sufridas. Piden poco y dan mucho.

Las abejas, gracias a las flores no se mueren de hambre. Y nosotros gracias a la miel, somos más dulces.

Menudo ciclo el de las flores y las cosas que dicen.

MARIPOSA, ¿ESTÁS AHÍ, AHÍ, AHÍ?

Si, Federico,
estoy aquí, sí.
Enhebrando en la noche
mis palabras;
aliviando el miedo
de mi pequeño hijo;
preparando alas
de libertad, de aire
para nuevas mañanas.

También elaboro
una hoja para soñar,
un libro nuevo,
una página de historia,
de música, de canciones
ya olvidadas que vuelven.