Pues resulta que el señor Strauss ahora tiene la razón y sus colegas están contentos con los resultados porque la denunciante ha hecho declaraciones contradictorias y encima de eso no está limpia. Y así en igualdad de condiciones, y a pesar del pasado morboso de Strauss ahora gana en credibilidad frente a la supuesta agredida sexual.
Pero a la muchacha le ofrecieron una suma de siete cifras y estoy casi segura que a buen recaudo habrá aceptado. Todo tiene un precio. Ella debe sacar a su hija adelente, y tiene otra niña a la que podrá cuidar también.
Ahí puede estar la clave del asunto que se ha resuelto convenientemente para el político francés. Y todo ha cambiado a su favor, que hasta si quiere con ese lavado le puedan todavía ofrecer algún cargo. Esto en la prensa de ayer y de hoy.
Sin embargo en una revista semanal se decía de él que había caído en la tentación porque la política en realidad no le iba y se encontraba obligado y por eso cometió esa estupidez de violar a la muchacha. Vamos que lo hizo para evitar el cargo al que quería optar de presidente, nada menos.
Pero yo creo que es el poder el que le ha dado los recursos necesarios para librarse de la acusación. Que la chica dijera una versión y ahora se contradiga ella misma no es muy normal ni corriente si no es que debajo hay una cifra tentadora para que ese cambio se haya visto tan a las claras.
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