ENFOQUE....

ENFOQUE.

Si falla Torra hay banquillo.

Los golpistas vuelven al Parlament.

Jesús Lillo.

Actualizado: 28/01/2020 23:53h.

Por peteneras o por Heráclito -«La política es siempre dinámica», dice-, la portavoz del Gobierno anunció ayer el programa de festejos del «nuevo escenario», nombre oficial que ahora recibe el procés, con una gala inaugural prevista para el próximo 6 de febrero y protagonizada por Pedro Sánchez y Quim Torra. Reunirse con un delincuente figura entre las facultades del presidente del Gobierno, que hace solo unos días y con motivo de la visita de Juan Guaidó a Madrid ya dejó claro quién se encarga en España de legitimar y deslegitimar a quien convenga y cuadre en el nuevo escenario, de naturaleza heraclitiana. Inhabilitado o no, Torra le vale a Sánchez, pero el presidente del Ejecutivo tiene dónde elegir. Hay mesa de negociación y hay banquillo.

Ni siquiera Jesús Quintero, director de aquella «Cuerda de presos» en la que hace un cuarto de siglo sentó las bases del subgénero de los testimonios carcelarios, formato que ahora explota TV 3, habría soñado con tener al dream team del golpe separatista, convidado a un Parlament que insiste en acentuar su deterioro institucional, pero que ayer sirvió para comprobar la coincidencia entre lo que dice Pedro Sánchez y lo que uno tras otro repiten Junqueras, Turull, Romeva, Forn, Rull y Bassa, «campeones del diálogo», en palabras de Junqueras, y creadores de un derecho a decidir que ahora da paso al «derecho a volverlo a intentar» (Romeva).

Quienes denuncian la actuación represora del Estado (Rull), acusan de prevaricar al poder judicial (Rull también), avalan la existencia de víctimas del exilio (Junqueras otra vez), confían en las estructuras de la Generalitat para convertirse en república (Turull) y alertan contra un Pérez de los Cobos cualquiera (Forn) que les vuelva a meter las vacas en el corral son los elegidos por Pedro Sánchez para negociar el futuro de España. Son campeones del diálogo y les adorna una franqueza que se echa de menos en el nuevo escenario de La Moncloa, donde Montero canta los martes por Heráclito. Dice la ministra que el Gobierno nos mantendrá informados si se produce alguna «incidencia» en cuanto a la consideración corporativa de Torra, pero resulta tranquilizador que haya tanta gente dispuesta a negociar con Sánchez para que el dinamismo de la política se materialice en una mesa, con ruedas en las patas.

Jesús Lillo.

Redactor.