ANÁLISIS....

ANÁLISIS.

Navajeo electoral.

A Sánchez, la crudeza de los navajazos en la derecha le regalará más que un poco de suerte de vez en cuando.

Manuel Marín.

Actualizado:

10/05/2019 08:59h.

El CIS diseccionó ayer el mapa municipal, autonómico y europeo de España ante el 26-M con la euforia de prestigio renovado que le ha otorgado su capacidad de acierto en las generales. Esa losa que se quita de encima. Siendo previsible que se mantenga esa tendencia, según la cual el PSOE surfea sobre la favorable estela de la ola que venció en los comicios del 28-A, el CIS no maneja ahora, sin embargo, otros factores emocionales. De hecho, el sondeo se realizó antes de las generales, y resulta complejo evaluar el alcance de la reflexión interna y la evolución que se pueda estar produciendo en el votante del centro-derecha sobre la utilidad de su voto.

No es fácil calibrar aún si existe un «voto arrepentido» de Vox, ni el alcance real del triunfalismo instalado en Ciudadanos, ni la capacidad del PP para reponerse a su tragedia con su improvisado giro al centro. Tampoco, la incidencia que pueda tener en las urnas la pugna encarnizada entre Pablo Casado y Albert Rivera por erigirse en líder de la oposición.

No obstante, y a falta de una actualización más realista de los sondeos según avance la campaña, surgen varias conclusiones: el «efecto Sánchez» concede al PSOE un triunfo de todas las autonomías que celebran comicios, excepto Cantabria y Navarra; Ciudadanos sigue sin sobrepasar al PP porque se resiente de una estructura local y autonómica carente del potencial de su marca nacional; Vox desinfla la dimensión de su voto emocional; y el porcentaje de votos de partidos de la izquierda supera con claridad al centro-derecha, de modo que, al contrario de lo ocurrido en Andalucía, la fragmentación de partidos locales y regionales favorecerá mucho al PSOE en este caso.

De nada sirve ya, con las candidaturas proclamadas y con esa pulsión de odio íntimo que se profesan PP y Ciudadanos, tomar nota de que la alianza previa que se ha constituido en Navarra puede ser garantía de triunfo frente a la argamasa de partidos proetarras nacionalistas y separatistas. La extrapolación a otras comunidades del ejemplo que representa «Navarra suma» (UPN/PP-Ciudadanos) como antídoto de unidad frente a una dispersión carente de utilidad, dificultaría mucho el camino triunfal que el PSOE parece tener asegurado. Casado y Rivera llegan tarde a esa reflexión. Es legítimo cuando uno y otro tratan de barrerse mutuamente hasta anularse. Pero es inocuo para más de once millones de votantes. De Rodríguez Zapatero se dijo que tenía «baraka». Pero a Sánchez, la crudeza de los navajazos en la derecha le regalará mucho más que un poco de suerte de vez en cuando.

Manuel Marín.

Adjunto al Director.