TERESA GARCÍA ARTEAGA Y ANTONIO AGUILAR (LA GOMERA)....

TERESA GARCÍA ARTEAGA Y ANTONIO AGUILAR (LA GOMERA). UNA HISTORIA DE EMIGRACIÓN.

Próximamente se cumplirán setenta y tres años de la aventura del Telémaco a Venezuela.
En la madrugada del 9 de agosto de 1950 ciento setenta hombres y una mujer, a bordo del Telémaco, partieron de Valle de Gran Rey (La Gomera) de manera clandestina con destino a Venezuela. Ella se llamaba Teresa García Arteaga, una joven nacida en el Hierro el 26 de agosto de 1927 aunque de madre gomera (Madrona Arteaga). A los tres años la mandaron a San Sebastián de La Gomera a vivir con su abuela materna, donde creció y conoció a Antonio Aguilar, nacido en Agulo y domiciliado en Hermigua pero que había ido a la capital para hacer el servicio militar. Hablaron de irse a Venezuela y cuando él estuviera establecido, se casaría por poderes y posteriormente ella se reuniría con él. Y así fue, él vivía en la Guaira y ella no dudó un segundo en subirse al barco con aquellos hombres. Huían de la miseria producida por la Guerra Civil española, la II Guerra Mundial y sus consecuencias en unas islas muy alejadas y mal comunicadas con aquella España de fronteras cerradas. Venezuela era en el momento la mayor potencia petrolera del mundo, tenía una moneda en expansión que cotizaba internacionalmente.
La preparación de las travesías seguía siempre un mismo patrón. Había una red de personas encargadas de reclutar y cobrar las cinco mil pesetas a los migrantes los cuales normalmente solían pedir fiadas a otra persona dejando como aval su hogar o un pequeño terrenito. Si pasado el tiempo estipulado el migrante no enviaba dicho dinero de vuelta, el fiador se quedaba con la propiedad que sirvió de aval. Algunos solo pudieron abonar tres mil pesetas pero contribuyeron con viandas para el trayecto.
Los barcos eran de madera, viejos desechos destinados a la pesca en las costas de África y muy lejos de una embarcación amable para surcar el majestuoso y a veces caprichoso Atlántico.
El Telémaco salió de San Sebastián de La Gomera el día 5 de agosto con rumbo a Valle de Gran Rey. Teresa con veintidós años, ya estaba en el barco e invadida por un mar de sensaciones. Habia que tener mucho cuidado con los puestos de la guardia civil. Allí recogieron un grupo de gomeros de Alojera y Valle de Gran Rey. Prosiguieron hasta La Playita, en Agulo, donde nuevamente embarcó otro grupo de personas de Hermigua, Agulo y Vallehermoso. En la noche, el barco inició su travesía a hacia Teno (Tenerife) donde le esperaba una multitud de Valle Guerra y Taganana pero solo pudieron recoger unos pocos pues el barco ya excedía el cupo de lo que podía soportar. Antes de partir debieron regresar a Valle de Gran Rey para cambiar el agua pues la que llevaban sabía a gasoil y además no tenían suficiente comida para el viaje. Le esperaba más de cinco mil setecientos kilómetros de travesía y Teresa veía como sus islas desaparecían en el horizonte. Allí quedaba su abuela, toda su familia y los higos y quesos que su padre, Gonzalo García Castañeda, exportaba desde el Hierro a la Gomera. En la Guaira le esperaba Antonio y una vida llena de ilusiones.
A las dos semanas de travesía, se desencadenó un fuerte temporal que en un embate, el mar les robó los víveres y las maletas que estaban en cubierta. El agua envasada se mezcló con el combustible y era difícil de tragar. Cuando el océano les dio una tregua no sabía dónde se encontraban. Afortunadamente, apareció un barco petrolero español “el Campante” que les lanzó al mar algunos víveres y les dieron la ruta a proseguir hacia Martinica. Se acercaba otra tormenta y era mejor que arribaran en la isla francesa momentáneamente hasta que pasara el temporal. Allí los descendientes de esclavos los recibieron bien proporcionándoles alimentos, aseo y vestidos. Al atardecer del 16 de septiembre tocaron tierra venezolana. Fueron cuarenta y tres días de travesía y un temporal que casi acaba con ellos. Cuando llegaron fueron llevados a prisión salvo Teresa cuyo marido le estaba esperando.
En Carayaca nacieron sus hijos Antonio, Teresa y Francisco aunque al cabo de unos años cambiaron la residencia a Caracas. En mayo de 2015 fue condecorada con la medalla Orden del Mérito Civil, en su grado de oficial, otorgada por el Ministerio de Asuntos Exteriores de España a su valor. Teresa falleció a los 91 años en la ciudad de Cagua, Estado de Aragua.
Muchos fueron los barcos clandestinos que partieron de Canarias hacia la tierra prometida, Venezuela. Algunos no consiguieron llegar. Otros, tras pisar suelo firme fueron llevados a islas como la de Guasina viviendo como en un campo de concentración, otros iban directamente a la cárcel. A los tripulantes se les encarcelaba en Caracas y luego se les devolvían a España, tal como hicieron con los del Telémaco. Lo cierto es que las autoridades venezolanas no sabían qué hacer con tantas embarcaciones llegadas desde Canarias. Hoy Canarias recibe anualmente muchos migrantes y si hay algo que nunca debemos olvidar es que Canarias ha sido un pueblo emigrante.
Sirva este escrito como un homenaje desde Genealogías Canarias a todos los migrantes del mundo por su valor y coraje de dejar atrás la familia para embarcarse en una aventura que no siempre sale bien.

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