MI ABUELA...

MI ABUELA

Mi abuela era una mujer de finales del siglo XIX, algo adelantada a su época por varias razones: Era inquieta, buena lectora, buena conversadora, gustaba de estar al día y además buena cocinera, de lo bueno lo mejor.

Presumía muy a menudo de haber sido la cocinera jefa en casa del gobernador del Banco de ESPAÑA en Salamanca y de tener dos pinches a su servicio, de trabajar en una casa donde había doncella, lavandera, chica de recados, señorita de niños etc.

Presumía de leer EL BLANCO Y NEGRO, revista habitual en la casa y de mirar y escuchar a través de la puerta semiabierta de un gran salón con vistas a la plaza mayor, las tertulias literarias de los amigos intelectuales de su señor, entre ellos don Miguel de Unamuno. Tambien de hacer el mejor chocolate para la merienda de los tertulianos y de las buenas propinas que dejaban para repartir.

Mi abuela cuando se casó, dejó Salamanca y con mi abuelo se instaló en el pueblo; siguió conservando las viejas costumbres y todas las semanas recibía por correo EL BLANCO Y NEGRO y una novela por entregas que luego encuadernó y que se llamaba CORAZONES ESCLAVOS. Esta novela la tenía guardada en el fondo del baúl y mis hermanas y primas la sacábamos para leer, con mucho cuidado de no desordenar nada, porque rápido se daba cuenta. Cuando nos pillaba nos decía: INDINAS, QUÉ SOIS UNAS INDINAS... y todas las culpas a mí, pero en el fondo a élla le gustaba que sus cosas nos sirvieran de distración y estímulo.

También guardaba la colección de cuentos clásicos de Calleja y mi madre usaba una vajilla que élla había adquirido con vales que daban en las tiendas de ultramarinos; yo conservo como oro en paño la fuente donde hacían las natillas, cerámica de OLIVARES. Un día hace muchos años fui por casa de mi madre y sin decir nada a nadie me dije: ¡ME LA LLEVO! y nadie se enteró. Me la llevé porque toda la gente pasaba de los cacharritos menos yo. Menos mal, nadie se enfadó.

Mi padre, que era su hijo, se enfadaba a veces con élla porque nosotras la obligábamos a contarnos historias, algunas muy de moda ahora con motivo de LA MEMORIA HISTÓRICA. Aún me sé el nombre y apellidos de aquellos que fueron subidos a un camión y no volvieron a casa. También nos cantaba la banda sonora de la película LOS ÚLTIMOS DE FILIPINAS, VINO ESPAÑOL, LA ESPIGADORA y de un musical, zarzuela, opereta, revista... yo qué sé.... que se llamaba AGUA, AZUCARILLOS Y AGUARDIENTE y también LA BLANCA DOBLE. Mi padre se enfadaba con élla porque según él nos llenaba la cabeza de pájaros.

Mi abuela era LA CAÑA DE ESPAÑA.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Me encanta la historia de tu abuela, yo también tengo algo escrito de mi abuelo del que guardo un gratisimo recuerdo. Saludos.
FELIZ NAVIDAD