AQUEL HOMBRE AFICIONADO A LA POESÍA...

AQUEL HOMBRE AFICIONADO A LA POESÍA
Aquel hombre de La Castilla Profunda, que hace 60, años empezó a leer a Miguel Hernández, y se quedó sorprendido de sus versos, parecía que hubiera estado en su tierra y hubiera sido un niño de los que el conocía, y él mismo se sentía representado ya que desde los nueve años segaban, trillaban, vendimiaban y trabajaban aquella tierra sedienta. Desde su tierra castellana decidió visitar a Miguel Hernández en su nicho, el año 1975. En su memoria fluían los versos que a él le fascinaban, aquel poema del Niño Yuntero era como si fuera echo para recordar su infancia, y el de Los Reyes Magos con sus albarcas vacías, Más otros como Las Nanas de La Cebolla. Aquel hombre esperaba sentir algo grande al visitarle, y así fue, En su coche, un SEAT, 600, D. llegó Alicante, y enseguida le indicaron el camino el Cementerio, al entrar dentro de aquel lugar tan grande, preguntó a un sepulturero, que sin ningún problema le acompaño hasta el nicho, hablando con el y su esposa en el camino entre tumbas. Al despedirse aquel hombre ya con sus 40, años más o menos, se dieron la mano, y le dijo el sepulturero, yo soy admirador de este pastor de cabras poeta. Es el hombre que más me ha enseñado de como somos los seres humanos, y luego nos comportamos en nuestros pasos por este mundo, fue una pena que se muriera tan pronto, Le deseó suerte y salud a este hombre castellano, que al estar en aquel lugar parecía que el estomago le hacia cosquillas, y su mente se esforzaba por poder recordar para toda su vida aquel lugar del Cementerio que entonces ocupaba. Allí delante del nicho estuvo como media hora, se hizo sus fotos para el recuerdo de por vida, y habló con el poeta en voz alta, como si le pudiera contestar Miguel Hernández desde el lugar que este ocupando. Fueron momentos que parece que hasta su esposa temblaba, y eso que no era muy aficionada a leer versos de nadie, pero aquel momento fue tan dulce o sencillo que les ilumino su vida, para seguir disfrutando de sus libros de poesía. Hay historias por el mundo que se quedan sin explicar. Pero son tan grandes y hermosas que merecen ser contadas. G X Cantalapiedra.