ERA UN DÍA GRIS DE OTOÑO
Aquel hombre cargado de leyendas, andador por distintos caminos y abriendo muchas puertas, llegó ese día gris del otoño, que la vida se ve agotada, estaba en su pueblo querido, aunque anduvo buscando trabajo y fortuna por diferentes lugares de España. Al caer la tarde decía a su esposa, estoy fatal, la salud está cada día peor, y mis fuerzas se van agotando, era la época del otoño maldito, donde las hojas de los árboles se caen sin solución, y este hombre con 79. Años predecía su muerte en pocas horas, No se equivocaba demasiado, no quiso ni llamar al médico, ya que él se veía terminado sin arreglo, se metió en la cama antes de meterse el sol, y según avanzaba la noche su memoria iba recordando sus pasos por este mundo, no se echaba nada en cara, era de las personas Que podía volver por donde anduvo en esta vida sin problemas, su esposa sabia de sobra que su cuerpo estaba flojo, y que no quería ni oír hablar de médicos, esas horas de la noche, se pasan muy mal, unos ratos el calor recorre tu cuerpo, y al rato sientes un frío de cadáver helado, Sientes que no te apetece nada, incluso si fuiste amigo del chocolate, en ese momento se te quitan las ganas de comer o mojar churros en tu taza, de vez en cuando te quedas mirando al techo de tu habitación, es lo mismo, solo veras el abismo que te deja confusión, Hay momentos de tener la garganta seca, y los ojos te cuestan trabajo abrirlos, Pides a la Madre Naturaleza que te de fuerza para pasar ese mal trago. Y caes en un ambiente de dejarte llevar hacia el no sabes donde, y en segundos tu corazón deja de funcionar, los ojos casi siempre cerrados, y los puños desolados, no lanzaras ningún grito, ni te veras amarrado, tu cuerpo se ira poniendo frío, y tu conciencia saldrá de tu cuerpo, intentando escuchar lo que dicen tus amigos y familiares, Más ya no podrás cambiar el rumbo de tu muerte, serás olvido con los años, nadie pensara en ti, ni se acordaran de tus hazañas, Ya no te quedaran caminos que andar ni tierra nueva que pisar, solo el otoño gris se llevara tu nombre a sus archivos de la muerte, pasaras a ser polvo con el paso de los años, y nadie te buscara bajo tierra. G X Cantalapiedra.
Aquel hombre cargado de leyendas, andador por distintos caminos y abriendo muchas puertas, llegó ese día gris del otoño, que la vida se ve agotada, estaba en su pueblo querido, aunque anduvo buscando trabajo y fortuna por diferentes lugares de España. Al caer la tarde decía a su esposa, estoy fatal, la salud está cada día peor, y mis fuerzas se van agotando, era la época del otoño maldito, donde las hojas de los árboles se caen sin solución, y este hombre con 79. Años predecía su muerte en pocas horas, No se equivocaba demasiado, no quiso ni llamar al médico, ya que él se veía terminado sin arreglo, se metió en la cama antes de meterse el sol, y según avanzaba la noche su memoria iba recordando sus pasos por este mundo, no se echaba nada en cara, era de las personas Que podía volver por donde anduvo en esta vida sin problemas, su esposa sabia de sobra que su cuerpo estaba flojo, y que no quería ni oír hablar de médicos, esas horas de la noche, se pasan muy mal, unos ratos el calor recorre tu cuerpo, y al rato sientes un frío de cadáver helado, Sientes que no te apetece nada, incluso si fuiste amigo del chocolate, en ese momento se te quitan las ganas de comer o mojar churros en tu taza, de vez en cuando te quedas mirando al techo de tu habitación, es lo mismo, solo veras el abismo que te deja confusión, Hay momentos de tener la garganta seca, y los ojos te cuestan trabajo abrirlos, Pides a la Madre Naturaleza que te de fuerza para pasar ese mal trago. Y caes en un ambiente de dejarte llevar hacia el no sabes donde, y en segundos tu corazón deja de funcionar, los ojos casi siempre cerrados, y los puños desolados, no lanzaras ningún grito, ni te veras amarrado, tu cuerpo se ira poniendo frío, y tu conciencia saldrá de tu cuerpo, intentando escuchar lo que dicen tus amigos y familiares, Más ya no podrás cambiar el rumbo de tu muerte, serás olvido con los años, nadie pensara en ti, ni se acordaran de tus hazañas, Ya no te quedaran caminos que andar ni tierra nueva que pisar, solo el otoño gris se llevara tu nombre a sus archivos de la muerte, pasaras a ser polvo con el paso de los años, y nadie te buscara bajo tierra. G X Cantalapiedra.