Pues estamos de acuerdo en lo básico.
No nos gustan las dictaduras como forma de gobierno, no es aceptable que un sujeto imponga su voluntad a millones de personas. Es imprescindible que los ciudadanos puedan tener ideas propias y por tanto es aborrecible que impongan en la escuela una asignatura que adoctrina, "educación para la ciudadanía", o que todas las cadenas de televisión adoctrinen hacia determinada ideología, y si alguna no lo hace así, le hacemos la vida imposible para que cierre. (En Venezuela es peor, la cierra el dictador). Y la moral cristiana - aprovechando que hay algún cura vicioso - la apartamos, el estado determinará qué es lo moral.
La revolución francesa consiguió la separación de poderes, y mucha sangre que costó; ahora el poder es único, lo que manda el gobierno es lo que se hace y si alguien protesta pues se le contesta con una mentira, eso no es problema; eso que decían los católicos que "Satanás es el padre de la mentira", es una tontería fundamentalista, se puede mentir, la moral la hemos cambiado y ahora es otra.
Anda que te hace gracia que, bien los compañeros del trabajo, o tu pareja, nos mientan, y nos demos cuenta cómo nos han engañado.
La justicia es imprescindible. Para hablar y para actuar. Y si no, crece la tensión, y el descontento. Y no tendremos paz, porque la paz es el fruto de la justicia.
No nos gustan las dictaduras como forma de gobierno, no es aceptable que un sujeto imponga su voluntad a millones de personas. Es imprescindible que los ciudadanos puedan tener ideas propias y por tanto es aborrecible que impongan en la escuela una asignatura que adoctrina, "educación para la ciudadanía", o que todas las cadenas de televisión adoctrinen hacia determinada ideología, y si alguna no lo hace así, le hacemos la vida imposible para que cierre. (En Venezuela es peor, la cierra el dictador). Y la moral cristiana - aprovechando que hay algún cura vicioso - la apartamos, el estado determinará qué es lo moral.
La revolución francesa consiguió la separación de poderes, y mucha sangre que costó; ahora el poder es único, lo que manda el gobierno es lo que se hace y si alguien protesta pues se le contesta con una mentira, eso no es problema; eso que decían los católicos que "Satanás es el padre de la mentira", es una tontería fundamentalista, se puede mentir, la moral la hemos cambiado y ahora es otra.
Anda que te hace gracia que, bien los compañeros del trabajo, o tu pareja, nos mientan, y nos demos cuenta cómo nos han engañado.
La justicia es imprescindible. Para hablar y para actuar. Y si no, crece la tensión, y el descontento. Y no tendremos paz, porque la paz es el fruto de la justicia.