... DE SURCOS Y RASTROJOS....

... DE SURCOS Y RASTROJOS.

"Aqui tienes al chico, tu verás si te hace apaño...! es! espabilao"
Javier miró a a su padre y luego, luego al hombre que sería su amo: asi lo quería su padre, así lo quería el destino.
Su padre, hombre muy "apegao" a la tierra, no entendía nada, pensaba Javier, mientras estos dos hombres rudos "platicaban su mercancía". Su padre le obligó a regresar del Madrid de las cartillas de racionamiento, el muchacho obedeció a regañadientes, cuando llegado el mes de Junío según él se imponía, ayudar a la recolección de las mieses:! Adios, el Cine Montija de Cuatro Caminos!! adiós a una vida mas cçómoda, y sobre todo...
! 1.000 ptes por todo un año, si de recadero en aquel colegio de ricos, cobraba mucho mas!
Eran los toros en el pueblo de al lado. Aquel día se lidiaba un toro en la plaza improvisada den garros y maderos. El día anterior había sido el encierro. las gentes comentaban:
-! Que te digo yo que este toro es de casta!
-! Si como como el de mi pueblo, que "paicía" que tenía garras y luego nos salió un buen marrajo.
Las opiniones se sucedían variadas, en calles la plaza y tabernas...
Javier pensaba en el hombre de nariz de aguilucho: no le justaba aquel hombre, no le gustó en trato, ni las palabras amo y criado.
Las mozas cantaban o chillaban.
Los pozos comentaban como el toro terco se había refugiado en el barranco del olivar.
Javier pensaba en los hombres que hacen que el mundo sea cruel... le gustaban los encierros, pero la conversación de los mayores manteniada en la plaza, la consideró tan injusta, que yo yo se rebelaba.
A sí fue como cuando el Sol se asomaba, dos días despues, senda adelante se puso en brazos de su nuevo destino... y que su madre le vio partir... y le dejó húmeda su mejilla.
El "amo", era un hombre cruel, lo supo el primer día.
El "ama" mucho mas todavía... con eél y con una niña, huérfana de la guerra que habían recogido, según la niña por caridad" se hicieron amigos: se llamaron hermanos, sirviendo a aquellas gentes sin corazón y sin alma.
El muchacho, Javier, despertaría un día a Rosas (asi se llamaba aquella niña) y le dijo:
-Rosa, me voy, me voy en este mismo instante...
-! Pero si tienes las ropas mojadas... por favor espera que amaneca m... no quiero que te vayas!
Lloraba y se abrazó tan fuerte a Javier que dos muchachos en medio de la tormenta, y en mitad de la noche...
Y se fue, Javier partió en mitad de la tormenta.
Era el año 1947. al día siguiente se aventuró por las calles del mundo, y en ellas está hoy con esta historia acuestas, historia que llamó SURCOS Y RASTROJOS.
Historia a no olvidar. Historia cierta y de unos treita folios, presentada en Alemania, en 1972, en un periodico llamado 7 FECHAS... como novela corta. Recibiría un lote de libros.
libertad
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Libertad: magnifico como siempre, da gusto leerte, como se nota que has vivido
y no has pasado por la vida como una maleta.
Un abrazo