Después de los felices años 20 (bonanza internacional,...

Después de los felices años 20 (bonanza internacional, como en los tiempos recientes) y después de la depresión del año 29, como la que hemos sufrido y seguimos sufriendo, surgen gobiernos de derechas (Hitler, Mussolini, Franco, Portugal, etc.), con los alemanes con el orgullo nacional maltratado por la I Guerra Mundial y el Tratado de Versalles, surge Hitler que promete al pueblo alemán la recuperación del orgullo nacional. La gente se lo cree y lo vota. La derecha, en Europa, pilotada por Hitler, saca los tanques a la calle. Ya sabemos el sufrimiento y la tristeza que generó, en parte por la osadía de Hitler que probaba invadiendo territorios como los Sudetes y como ayudaba al fascista Franco en España, ante la pasividad de las "democracias" inglesas y francesas, violentando Alemania e Italia el pacto de no intervención en España, que solo cumplió Inglaterra y, refunfuñando, Francia.
Ahora, Alemania no ha sacado los tanques, pero ha sacado los bancos y nos está pulverizando con su política de derechas, tanto en el rigor en los plazos de saneamiento de los déficits (para asegurarse que sus bancos cobren) sin importarles el paro que generen en otros países. Decía la derecha por boca de Rajón (que rajaba) diciendo que nos sometíamos a los dictados de Europa. Ahora parece ser que se somete a los dictados de Europa (es decir, Alemania), pero, claro, son hermanos políticos. Y nos hicieron daño con los de las verduras y que yo sepa, la derecha española estuvo calladita. Claro, el daño nos lo estaba haciendo la derecha alemana y a esos, hay que perdonárselo todo.
Lo triste es que los españoles, habituados a tantos años de dictadura, me temo que les encanta esta situación y antes, por cualquier cosa, críticas, protestas, pero, si lo hace la derecha, ¡qué le vamos a hacer ¡resignación, y "ajo, agua y resina", u séase: "A jorobarse, aguantarse y resignarse". Todavía nos queda mucho tiempo para que sepamos de Política y de Democracia, de saber quiénes deben tener los mismos intereses, en función de la capacidad económica, y quiénes tienen intereses contrarios. De cómo los trabajadores, uniéndose, podrían contrapesar a la derecha y, equilibrando, tener y mantener una relación de diálogo y de distribución de la riqueza. Pero mientras se hable con las vísceras y no con la cabeza, y se aplauda al defraudador, no nos irá bien. Para postre, el fallo del juicio contra el Ex-presidente de la Comunidad valenciana.