DICEN QUE NO HAY DINERO PARA LOS PARADOS....

DICEN QUE NO HAY DINERO PARA LOS PARADOS.

Según el BOE, en su página 146.615, del 31 de diciembre del 2011, la Iglesia católica española, que es una institución privada, recibirá mensualmente del Estado español la cantidad de 13.266.216,12 euros (es decir, más de 2.200 millones, al mes, de las antiguas pesetas). La cantidad anual asciende a 159.194.593,44 euros. Sin duda, cifras astronómicas para esos ciudadanos comunes que tienen que malvivir con 400 euros al mes, o para los jubilados y pensionistas que, tras toda una vida trabajando, sobreviven miserablemente con 500 o 600 euros mensuales, en muchos casos como únicos ingresos para una familia.

Sorprende, además de la enormidad de las cifras, la fecha en que se dispuso este acuerdo; apenas días después de formalizado el nuevo gobierno, tras el triunfo de la derecha el 20 de noviembre pasado. Y sorprende sobremanera que esta disposición se hiciera firme para dos años que están siendo, y lo que venga, de grave crisis, de inhumanos recortes sociales y de intensa “austeridad presupuestaria”. La austeridad, como vemos, se constriñe únicamente a los ciudadanos que trabajan, o han trabajado, a los enfermos, a los ancianos, a los pensionistas, a los funcionarios, a los niños y jóvenes en edad escolar,…porque, según constatamos, para otros ámbitos la crisis y la austeridad no existen.

Y sorprende, igualmente, que precisamente los que más predican y exigen pobreza, templanza y austeridad y, es más, rechazan en sus arengas las miserias diabólicas de lo material, se afanen tanto, y con tanta intensidad, en recabar dineros.

Seguimos con la reconquista desde el SUR le pese a quien le pese.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Lo raro, es que te sorprenda. Tienen una habilidad innata, para amoldarse a cualquier circunstancia.
Con el PSOE y gracias a la Fernández de la Vega, vivían de vicio y eso, que cada dos por tres, salían a la calle en protesta por cualquier "chuminada".
Ahora, con el PP, están en su salsa, por eso, no hay que sorprenderse.