¡Ah Triana! Que venturosas son esas comunidades en las que gracias a las competencias dadas por la izquierda, pueden frenar las ansias de un gobierno que pretende mejorar la economía de los humildes. Podrán volver a aquellas escuelas donde se quemábamos los libros que la república puso en sus humildes estantes para encender la chapa ferroviaria. Podrán volver a la disciplina impuesta por la iglesia. Podrá volver el clero a ser juzgado por Dios y no por los hombres. Que bien van a vivir. No será el ... (ver texto completo)