EL BATALLÓN DE LOS PERPLEJOS....

EL BATALLÓN DE LOS PERPLEJOS.

Menos mal que habíamos vencido a ETA.

El Gobierno pactando con los proetarras, se trivializan de los atentados y policías y guardias civiles pintados como torturadores. Bienvenidos («ongi etorri») a la operación blanqueo.

Álvaro Martínez.

Actualizado: 18/10/2020 01:17h.

Escena I (Interior, noche): «Nos tenemos que marchar no sin antes contar, como hacemos siempre, el último chiste sobre Carrero Blanco». Así despedía su conductora un programa que completa la parrilla de una emisora de radio, dedicada fundamentalmente al deporte, en el que cuatro o cinco zarramplines comentan la actualidad «política, social y cultural» del país «desde la sátira». Lo cierto es que parece que hay barra libre para ese presunto «festival del humor» a costa de los muertos de ese atentado etarra después de que el Tribunal Supremo no apreciase desprecio, deshonra y burla a las víctimas del terrorismo y a sus familias en los trece (no uno ni dos, trece) presuntos chistecitos alumbrados por la tuitera Cassandra Vera. Alegaba el Alto Tribunal que había pasado mucho tiempo, que no se denigraba a las víctimas y que aquello se había convertido en un hecho histórico. Y por eso quizá los trincapiñones de ese programa de radio parece que han decidido cronificar el reírse del atentado que costó la vida al almirante Luis Carrero Blanco, presidente del Gobierno; a su conductor, José Luis Pérez, y al policía Juan Antonio Bueno.
Escena II (Exterior, atardeciendo): Una semana cualquiera. Centenares de proetarras forman un pasillo de ikurriñas en el casco antiguo de Vitoria, capital del País Vasco, para recibir al etarra Aitor Zelaya recién salido de prisión. Zurito va zurito viene, se jalea en el espacio público al terrorista con vivas a ETA y roznidos en contra «del Estado español opresor», entre otros tradicionales blablablás del submundo proetarra. Dos días antes, la misma escena en Hernani para recibir al etarra José Javier Zabaleta, «Baldo», que en su día fuera «número dos» de la banda (casi 900 muertos en medio siglo del terror) y que fue condenado a un siglo de cárcel por el asesinato de cinco personas en Zarauz. Otra vez ikurriñas al viento, aurresku al pistolero y aleluyas a los terroristas presos. Lo mismo ocurría un día antes en Oñate, donde el «pasillo de honor» se le dispensó a Xabier Ugarte, condenado por secuestrar a Ortega Lara (el cautiverio más largo de la historia de España) e Iglesias Zamora. Solo entre 2016 y 2019 la AVT contabilizó un centenar de «ongi etorri», en 95 de los cuales se ensalzaba a un asesino. Un centenar de infamias.

Escena III (Interior día): En la Fundación Leizaola de Bilbao se inaugura una muestra, naturalmente subvencionada por el Gobierno vasco, en la que se denuncia la práctica sistemática de torturas por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (antes y después del franquismo) en el País Vasco y se pasa de puntillas sobre ETA (repetimos, casi 900 muertos en medio siglo de terror).

Corolario: Más de 300 crímenes sin resolver; manga ancha para hacer chistes sobre atentados con las víctimas como meollo de la presunta gracia [recuerden a Zapata, el edil carmenita: «Han tenido que cerrar el cementerio de Alcácer para que vaya Irene Villa a por repuestos»]; asesinos recibidos como héroes sin que nadie lo impida; policías y guardias civiles pintados como los malos de esta historia y el Gobierno pactando con los herederos políticos de una cuadrilla de pistoleros. Cada vez cuesta más creerse que hemos ganado la batalla.