Eta ha muerto, por muchos intentos que hayan para resucitarla. El movimiento de liberación del pueblo Vasco, como solía decir Aznar ha desaparecido. Es de necedad supina pretender suplir las ignorancias y las limitaciones cognoscitivas, repitiendo como cacatúas las plegarias que pretendan llenar el vacío que supone su inexistencia. Seguro que por estas fechas se recuerdan aún más, día de todos los Santos. El pueblo vasco tiene derecho a vivir en paz y como mejor lo entiendan, a su manera, de la misma forma que los terroristas del franquismo, amnistíados y reconocido su reciclaje a los nuevos, tiempos de la "democracia". Si arrepentidos quiere el "señor", cuando se consigue, no es de recibo que la necedad y la estupidez ocupe el vacío que esa inexistencia genera.