EN PRIMERA FILA....

EN PRIMERA FILA.

Tú a Telecinco y yo a Antena 3.

El colmo del disparate: Sánchez e Iglesias estuvieron a punto de medirse en televisión antes de la última votación de investidura.

Ana I. Sánchez.

Actualizado:

29/07/2019 23:44h.

El miércoles por la tarde, cuando aún quedaban una cuantas horas para la segunda votación de investidura, Pablo Iglesias se encontraba en Antena 3. Estaba reunido con un alto directivo de la cadena para trasladarle por qué habían fracasado las negociaciones con el Gobierno. Como se podrán imaginar no había asomo de autocrítica y la culpa recaía absolutamente en el Ejecutivo. No fue la única cita de este tipo que Iglesias llevó a cabo en los días previos a la última votación. Las reuniones «off the record» son una herramienta muy útil en la gestión de crisis y el líder de Podemos hábilmente visitó a los directivos de los principales medios. Tonto el último.

La cuestión es que mientras él estaba aquella tarde en Antena 3, La Moncloa llamaba a Telecinco para ofrecer una entrevista a Pedro Sánchez en el informativo de Pedro Piqueras. A las nueve de la noche. Como también se podrán imaginar, en el plan no había asomo de autocrítica, sino la intención de trasladar la culpa a Podemos. Además, de imprudente, la operación era totalmente irrespetuosa con el Congreso al producirse en las 48 horas abiertas entre la primera y la segunda votación de investidura. Un tiempo para la reflexión y negociación. Pero Presidencia daba por reventadas las conversaciones y lo que más le importaba era imponer su versión.

Afortunadamente Ferraz puso el grito en el cielo al enterarse y La Moncloa decidió dar marcha atrás. Pero ¡ay! Telecinco ya había anunciado la entrevista con el presidente y los teléfonos sonaban en Podemos. TVE, La Sexta y Antena 3 pedían contar con Iglesias, para esa misma noche a las nueve. La oferta suponía retransmitir un duelo en televisión entre ambos, sin interlocución, cada uno desde una cadena en mitad del duelo parlamentario. A ver quién lograba ser más creíble y colocar mejor su historia. El colmo del disparate. ¿Alguien pensó en la lamentable imagen que hubieran trasladado y el aumento de la tensión en su ya descompuesta relación? En ese momento no. Iglesias aceptó el reto y decidió prepararse para entrar en Antena 3, dado que estaba allí. Pero de manera condicionada a que Sánchez apareciera en Telecinco. Para no irritar a La Moncloa, la dirección de Antena 3 avisó de que Iglesias se encontraba en sus instalaciones listo para ser entrevistado si Sánchez acudía a Telecinco. Poco después, se conoció que el presidente se sometería a las preguntas de Piqueras, pero al día siguiente. Iglesias volvió a recibir la misma oferta de las televisiones, pero ya no aceptó. Tras el fracaso de la investidura, Podemos busca rebajar su exposición y la tensión con el Gobierno.

Esta anécdota del duelo televisivo que afortunadamente España no llegó a ver, demuestra hasta qué punto La Moncloa y Podemos estuvieron más pendientes de gestionar el fracaso del acuerdo, que del propio acuerdo. Y obliga a reflexionar sobre la falta de consecuencias que el bloqueo del Gobierno tiene para los políticos. Cuando la responsabilidad desaparece, no hay nada que les disuada de imponer el interés partidista sobre el bien general. Esta vez los damnificados han sido los votantes de izquierdas que anhelaban un gobierno progresista. Pero la próxima vez pueden ser los conservadores. De hecho, el PP ya sufrió el bloqueo en sus carnes en 2016. Ambos bloques harían bien en sentarse y buscar una fórmula que impida que el país se quede sin gobierno porque a uno o dos partidos les resulte más rentable. Los políticos son, a ojos de los españoles, el segundo problema del país. Y si siguen repitiendo actuaciones como la de la semana pasada, acabarán convirtiéndose en el primero

Ana I. Sánchez.

Corresponsal.