A las hienas poco se puede pedir, estos miserables...

Luis del Val.
Primero sonaron veinte disparos, luego, se escuchó, de manera persistente e irritante, la bocina del Renault 5, aparcado en una calle de Beasain. Era la madrugada del día de Reyes, y, de los veinte disparos, Antonio recibió ocho y Hortensia, su novia, diez.

Él murió en el acto, ella todavía estaba con vida cuando su cuerpo llegó al hospital. La bocina del automóvil estuvo sonando durante 27 minutos. Casi media hora. Y nadie bajó a la calle, ni se asomó a un balcón o una ventana, mientras los cuerpos de Hortensia y Antonio -el de éste ya cadáver, el de Hortensia desangrándose- eran acunados por una bocina que la curiosidad más intensa tenía paralizado por el miedo.

Si ustedes ponen en las redes '27 minutos' podrán ver un estremecedor documental donde se retracta a un pueblo amedrentado, acobardado, vencido, que es capaz de no bajar a la calle, mientras la bocina de un coche, tras 20 disparos, grita una llamada de auxilio que nadie atiende.

Me he acordado del horrible crimen, de la cobarde reacción y del documental, cuando he visto las encuestas, donde Bildu -que jamás ha pedido perdón por ese crimen, ni por los otros casi ochocientos cometidos por ETA- parece que va a ser el partido más votado en las próximas elecciones en el País Vasco. Se nota que en Beasain, y en otros muchos pueblos y ciudades, se ha apagado el sonido de aquella bocina que reclamó socorro durante casi media hora, después de que la pareja de novios hubieran sido asesinados.

Se evidencia que la enorme preocupación del PSOE de Pedro I El Mentiroso, sobre los crímenes y desmanes durante la Guerra Civil de hace 88 años, y su indiferencia y olvido sobre los cometidos por los compañeros de secuestros y asesinatos del líder de Bildu, han dado fruto. También la amnesia del PNV, que ya no recuerda a quienes secuestraban, extorsionaban y pedían dinero a punta de pistola, no hace tanto.

Enhorabuena a la labor de chapa y pintura de socialistas para blanquear a los herederos de los terroristas, y a las tragaderas del PNV. Cada pueblo tiene el gobierno que se merece. Y nunca prohibiría una votación. También pido que se respete mi libertad para despreciar a quien crea que lo merece. Así que mi enhorabuena y mi absoluto desprecio.

Un Pais que olvida tan pronto las atrocidades tiene mucho de que avergonzarse.
Tauro.

A las hienas poco se puede pedir, estos miserables algún día pagarán por todas sus fechorías, ¡escoria!