FUIMOS A DORMIR A LA LAGUNA NEGRA...

FUIMOS A DORMIR A LA LAGUNA NEGRA
Era una tarde muy avanzada, del mes de agosto, casi se metía el sol en aquella montaña del Urbión, donde nace el Río Duero, y él Río Revinuesa. fue en el año 1975, cuando todavía se podía subir libremente con automóvil hasta La Laguna y Pradera de La Laguna Negra, iba acompañado de dos amigos míos, y estuvimos dando vueltas en aquel precioso entorno, sin ninguna prisa, el sol se iba escondiendo y la noche se nos echo encima, los tres amigos pensamos que seria bueno el dormir allí, estuvimos cenando al aire libre, era fabuloso aquel lugar con olores a pino, y mientras cenamos recordamos la historia de Alvargonzález, que también escribió Machado. Sobre aquella cena recordábamos todo la historia, y pensamos marcharnos de allí, pero los tres amigos éramos aficionados a leer poesías de esa tierra de Soria. cuando la noche se hizo cerrada y un poco fría, quizá por la altura, nos metimos en el coche, y seguimos con la tertulia hasta que la niebla cubrió el paisaje, entonces sentimos ese miedo de la oscuridad tan enorme, de pensar que podía venir algún animal salvaje a visitarnos, fueron horas de hacernos los valientes, pero creo que los tres amigos pensábamos lo mismo, sentimos un ruido en el techo del coche, y nadie quiso salir a ver que pasaba, de pronto un vuelo de un ave grande le vimos un momento, mientras se perdía en la oscuridad de la niebla y la noche, Todo el resto de la noche creo que no dormimos, tan solo el Radiocasete nos acompañó con su música de Juan Manuel Serrat y Paco Ibáñez. La madrugada fue preciosa, las nubes de la niebla bajaban con prisa sobre el valle, y de nuevo volvimos a ver el entorno de esa “Laguna sin Fondo que oculta bien los secretos”. Sobre las ocho de la mañana salimos camino de Vinuesa, donde paramos a desayunar, Aunque los tres amigos ya no olvidaríamos aquel viaje que Machado conoció la historia de aquellos labradores de Soria, con su triste recorrido, y el final de los hijos malos cayendo desde arriba de las paredes de La Laguna Negra, hasta el fondo de dicha Laguna, La avaricia nunca fue buena, y la cizaña de las mujeres en esta historia se dejo notar. Así y todo, he visitado después La Laguna Negra unas 35, veces. Y espero no sea la última. Este año en verano volveré si la Madre Naturaleza quiere. G X Cantalapiedra.