¡Hermoso, Libertad!...

¡Hola, Carmen, Luz, Libertad y demàs amigos poetas! ¡Bellìsimas vuestras poesìas! ¡Os felicito! Yo por el momento no tengo nada para publicar. ¡Un gran abrazo para todos!

Será en otro momento, estimada amiga. ya tengo tu saludo desde donde camináis hacia la primavera, con eso me basta por hoy.
Por mi parte si que he ensayado por allí donde sueles pasar. Lo pasaré por auí, ya corregido, dentro d mis posiblidades.
Un abrazo para mas allá del Atlantico, y... para las muchachas y muchos de acá

¡Un gran abrazo tambièn para tì, Libertad y demàs amigos poetas, desde Argentina!

! Hola mi estimada amiga! Hoy mientras me afeitaba, me preguntaba: ¿Que escribo hoy?
Como desde el presente se abraza el pasado, y a causa de una llamada telefonica,
que en medio de la semana hirió las ondas, estas han aparecido, mostándome, mi llegada a la ciudad, a mis 14 años, Era mas o menos cuando Algentina, nos envíaba trigo; algo que muchos españoles tenemos también en la memoria.
Yo escribía una historia mas, en la impresora, que por cierto se ha atascado, empeñada en estropeqrla, pero como aún la tengo y my hilcanada en mi viejo cerebro, vamos con ella:

ERAN TIEMPOS DE SOLEDAD...
En muchos pueblos, no había, ni mojan ni curas, a enseñar... en una dirección determinada. Un día llego un maestro que enseñaba catecismo y poco mas... si, a leer, luego otro que tenía un brazo mas corto, y que tenía lo que yo juzgaba con alegría. Nos leía cuentos o historias, a escribir luego cada uno de los mas mayores de los 40 niños. Un día se trataba de un cuento, sobre un niño pobre, que me llegó a mi alma pequeña, y Don Severino, me llamó. Me dió a leer algún libro. Nació y creció esta mi manía, de que cuando palpo un hecho que me llena, y, en el caso que la memoria escarbe en hechos vividos, por mi o por otros, los plasmo. Es lo que ha sucedido hoy mientras me afeitaba.
Decía que eran tiempos, de soledad.

<<<Eran tiempos de buscar el pan donde lo hubiere (constato, que aún lo son para muchos) Se recogían las migajas de los llamados "señores", Esto y mucho mas me trae hoy mi memoria resquebrajada.
Yo como otros, nos aventuramos a la gran ciudad. veníamos de las tierras pobres... donde unas pocas espigas se tambaleaban entre piedras.. Huelga decir, que las madres hacían milagros a partir de la artesa.
Me es grato recordar que en el surco, nacen canciones... y triste recordar que el arado, fue silencio mucho tiempo.
Justo reconocer que los cielos estrellados eran mas bonitos, y que las lunas eran blanquisimas, y los soles del alba o el ocaso, se tornaba rojo y vestía las nubes de colores.
Los mozos y mozas se escondían entre los olmos para amarse, Y que yo le pregunte a alguien porque se escondían y se calló.
No sabíamos que la ciudad escondía muchas tristezas, pero allí nos plantamos.. con lo puesto, y con algún talego de alubias o garbanzos, para la familia cercana que nosprestó su humilde casa, para vivir aún mas apretujados. mientras cpgíamos unas perras aquí o allá de el explotador de turno.
Allí conocía a una de estas mozitas, que también servían a señores y que tenían un horario muy estricto, y se les aplicaba esa moral de entonces, y hasta se les prestaba aquel vestido que le sobraba a la señora, a veces era solo el premio de su trabajo, y de la mesa lo que sobraba.
Un! hola! y nos hicimos... solo amigos mientras recordabamos, que en el pueblo se rezaba hasta cuando las abuelas le daban a la rueca, al amor de la lumbre bajo la negra chimenea... y recordábamos como las madres, comían las sobras de la gran cazuela, donde acudían las cucharas de niños hambrientos... aparentemente felices.
Pues bien amiga mía: recuerdo que tu llegaste casi niña. y que te encontré muy sola, y que te llamaba hermanita... porque me habías dicho no tenías hermanos. Y, porque supe te encontrabas, mas solo que yo.
Te encontré, inocente y bastante asustada, entre el tumulto, entre aquel tropel de gentes que se encontraban y no se hablaban.
Te estoy recodando, intacta, ya casi tres cuartos de siglo después... y te recuerdo hoy desde lo hondo de un suspiro, hecho pedazos, yo diría desmayado.
Llegaste sola para recorre calles entre los solos en aquella aparente bella ciudad... donde mis también inocentes insinuaciones tuvieron premio, desde una noble amistad. Siempre te nombraba hermanita... hasta que fuiste algo mas, desde aquel día en el parque en que yo arrastraba mis zapatos de "Segarra", entre las hojas del parque.
Así transcurrían los días... Fuí a buscarte aquel domindo, y te encontré llorando. habías manchado nu vestido nuevo, por culpa dela exigente señora. Y recuerdo te dije: "No llores, eres la muchacha mas bella de toda la cuidad... y recuerdo que tellamé: mi pobre palomita, y que te abrazaste a mi y que mojaste mi cara, y que te dí un beso pequeñito en cada ojo.. y que sentí en mi pecho tus pchos calientes. Y que me avergoncé bastante.
Desde aquel instante, nos reuníamos cuando podíamos y raíamos como jamas hubimos reído:
En aquel baco de piedra, recordábamos el campo de donde veníamos. y yo un poco mas mayor te recordé las bofetadas de la metralla. Rompiste a llorar y dijiste, que tu padre nunca volvió.
hablamos también de la ciudad, muy parecida a como hablaban algunos libros: lujosas casas, otras donde vivía la gente amontonada, y... las afueras donde crecían modestas cabañas.
Yo te hablaba de una amiga de mi niñez. Tu dijiste que yo era tu primer amigo...! hermano -corregí- y me abrazaste fuertemente.
A partir de ahí ya no eramos tan tristes, ya nos amábamos un poco.
A partir de ahí nuestros labios supieron del primer beso de amor.

A partir de ahí un día se burlo de nosotros el destino, y ya no tuve mas tu mano arrebujada en la mí...
El último día. los últimos besos, fueron bajo los árboles, estos lloraban lágrimas niebla y en la niebla nos perdimos.,, para siempre, y hoy ya ve, amiga del alma,... siento desde el recuerdo me palpitan tus senos sobre mi pecho, atrevidos y calientes, mientras me recuerdan hay cosas que no se olvida,
libertad.

¡Hermoso, Libertad!
¡Un abrazo!