Sentado sobre las bayonetas....

Sentado sobre las bayonetas.

Los lazos de España con Iberoamérica la convierten en referencia obligada en esta crisis.

José María Carrascal.

Actualizado:

30/01/2019 01:42h.

Nicolás Maduro reconoció su derrota, posiblemente sin darse cuenta, al mostrarse dispuesto a negociar con Juan Guaidó a las pocas horas de proclamarse éste presidente de Venezuela ante cámaras y micrófonos en una plaza de Caracas. Ningún presidente en ejercicio acepta negociar con quien le desafía de forma tan excepcional, a no ser que esté lleno de miedo o de dudas sobre su mandato. Pero no sabemos cuál fue la última causa de la insólita oferta, rechazada, como era previsible. Se me advertirá que Maduro cuenta con el apoyo del Ejército, con mucho peso en Venezuela. Pero diferenciaría entre su cúpula, a la que ha favorecido con todo tipo de prebendas, incluidos los trapicheos en el negocio de la droga, y la oficialidad, también favorecida, pero mucho menos y está más en contacto con la miseria que reina en la calle. De momento, ha habido un motín de sargentos, aplastado, pero significativo. De momento, ha lanzado contra Guaidó al Fiscal General, que le ha prohibido salir del país y embargado sus cuentas. Pero tendrá que tener cuidado con no hacerle un héroe y, sobre todo, un mártir, porque la sangre de los mártires es el mejor abono de las revoluciones. Ni siquiera los que quieren ayudarle podrán hacerlo. Aparte de seguir vigente la advertencia de Talleryrand «las bayonetas sirven para todo, menos para sentarse sobre ellas».

El mayor peligro para Maduro le llega de Estados Unidos. Espero que Trump no cometa la barbaridad de intervenir militarmente, que podría resultar en otra Bahía de los Cochinos o Afganistán. Más, teniendo un arma mucho más eficaz: el petróleo que Venezuela vende a Estados Unidos por valor de unos 10.000 millones de dólares anuales. Con la congelación de los fondos de la petrolera venezolana, ya anunciado, deja a Maduro a la intemperie. Está también por ver qué pasa con el personal de la embajada USA, que no ha abandonado el país, pese a habérselo ordenado Maduro, con su principal aliado, Rusia, muy lejos. Como China, la mayor compradora de deuda venezolana: unos 70.000 millones. Pero los chinos pueden pensar que la mejor forma de recuperarlos es apostar por Guaidó.

Europa, con el Brexit tiene de sobra. España es otra cosa. Sus lazos de todo tipo con Iberoamérica la convierten en referencia obligada en esta crisis. Tras fracasar su intento de frenar un ultimátum a Maduro, Sánchez no ha tenido más remedio que exigirle celebrar elecciones democráticas y limpias, que es como encargar al zorro el cuidado del gallinero. No sabemos si por escapar de los líos que tiene aquí con los presupuestos y los catalanes o para hacer que hace, nuestro presidente ha ido para allá, con una agenda chocante: visitará México, el único gran país iberoamericano que sigue reconociendo a Maduro, y Santo Domingo que ha reconocido a Guaidó. Es difícil saber dónde causa más estragos, en España o fuera. Claro que está sentado sobre podemitas e independentistas, no mucho más cómodos que las bayonetas.

José María Carrascal.

Articulista de Opinión.