VIVIMOS COMO SUIZOS....

VIVIMOS COMO SUIZOS.

La música escandalosa de los antitaurinos.

Lo de Estrella Morente en «Operación Triunfo» ha sido a la vez de puerta grande y de enfermería. Las dos Españas.

Rosa Belmonte.

Actualizado: 25/02/2020 00:09h.

Qué escándalo elogiar los toros en el prime time de TVE. Como si fuera la televisión sueca. Como si no estuviéramos en España. Ha causado tanta sorpresa como Tamara Falcó siendo católica. Qué extravagancia, siendo nosotros de tradición budista y rastafari. También es verdad que Bergamín se ha oído en «Operación Triunfo», algo inaudito. Qué coincidencia entre Estrella Morente y Cioran. A ninguno les importa o importaba la coherencia. Hace un año, cuando sacó su disco «Copla», no incluyó «Falsa moneda» porque «que de mano en mano va» le parecía ofensivo para la mujer. Pero también ponía pegas a «Capote de grana y oro» «por sus connotaciones taurinas». En una entrevista decía que le encantaban los toros pero que había gente a la que les ofendían. Entonces recordé que en el disco estaba «Madrina», que a ver si no iba de toros, ganaderas y toreros. Pero hete aquí (y ahí va lo de la bendita incoherencia) que se planta en OT el domingo, canta «Volver» y le añade unos versos de Bergamín sin que nadie lo supiera (ni audiencia ni producción ni Nia, que la acompañaba). Y la cosa ha sido, por un lado, de enfermería y, por otro, de puerta grande. Las dos Españas, etcétera.
Antes de empezar con «Yo adivino el parpadeo...» se marcó un «Ni el torero mata al toro,/ ni el toro mata al torero:/ los dos se juegan la vida/ al mismo azaroso juego. No trafiquéis con su alma./ No le perdonéis la vida/ al toro bravo en la plaza./ Que es humana cobardía/ robarle al toro su muerte/ a solas con su agonía». Pues como si hubiera cantado el «Mein Kampf» (claro, que le habría durado lo que una canción a Umm Kalzum). Las sales, las sales. Ejemplo tipo de español patidifuso y blandengue ante el agravio de la cantante, además de desconocidos de Twitter, fue Javier Calvo (la mitad de los Javis): «En realidad tengo que tuitear porque me parece tan fuerte la narrativa de la Morente y el toro que no sabría por dónde empezar». Ja, ja, ja, ja. «Tengo que tuitear». Es como un sketch de Joaquín Reyes. ¡La narrativa de la Morente! «No puedo parar de crear». Hace unos días, Maialen (qué nombrecitos, pudiendo llamarse Marisol o Conchita Bautista), Maialen, digo, otra de las concursantes, había hecho sus declaraciones en una conversación informal (no en la gala o en una entrevista) sobre los toros: «A un animal se le puede sacrificar con una inyección para que no sufra o metiéndole en una plaza haciéndole pasar un estrés del copón y clavándole banderillas mientras un montón de gilipollas están en una plaza bebiendo, fumando y descojonados». Y más: «Hostia, es que es muy nazi. Hay que ser muy psicópata. Y encima te vienen y te dicen que es que da mucho dinero». Mujer, te habrán dicho que mucha gente vive de eso. Vamos, que hasta el programa pidió perdón por los insultos a los aficionados a los toros. Había habido quejas a TVE de la Fundación Toro de Lidia y de unas 300 personas.

Como dice Chapu Apaolaza, los toros son el punk del siglo XXI. Bergamín sería Sid Vicious. A su gusto por los toros le podemos añadir su etapa de Fuenterrabía, donde simpatizó con el abertzalismo, quizá influido por Alfonso Sastre y Eva Foret. Colaboró en «Egin» y «Punto y hora». Menos mal que antes tuvo la obra literaria más extensa y variada de la generación del 27 (él prefería llamarla generación de la República). Y escribió «El arte del birlibirloque» (dedicado a Juan Belmonte) o «La música callada del toreo» (dedicado a Rafael de Paula). Estrella Morente será la Patti Smith de mediados de los 70. Pero sin bigote. Lo rebelde son los toros.

Rosa Belmonte.

Articulista de Opinión.